En los últimos años, la legionella ha provocado una alarma social importante y, consecuentemente, una gran preocupación en las autoridades sanitarias. No obstante, según ha señalado Carmen Pelaz Antolín, responsable del Laboratorio de Referencia de Legionella del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, los avances logrados en esta década, permiten disponer de herramientas diagnósticas mejores y redes de vigilancia epidemiológica que permiten controlar mejor la enfermedad y pensar en un control de la misma a corto plazo.
A pesar de que hay pocos casos de legionelosis relacionados con balnearios en proporción con los que se notifican, son hechos recientes que han tenido una gran repercusión, de ahí la importancia de que los médicos en estos centros sean sensibles hacia esta enfermedad, lo que implica un mejor y más rápido diagnóstico. En este sentido, Pelaz ha señalado, en el curso «Legionella y balnearios», que organiza el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada en Lanjarón, que la sensibilidad de los médicos en la comunidad, en atención primaria y hospitalaria, se ha visto incrementada; sin embargo, sostiene que, probablemente, en el balneario haya que hacer un esfuerzo mayor para que esa sensibilidad vaya en aumento, puesto que hasta ahora, se ha tenido insuficientemente diagnosticada e informada.
Garantías para el usuario
La incorporación de los balnearios a las instalaciones consideradas de riesgo para la propagación de la bacteria legionella ha sido reciente, pero los avances de los últimos años han permitido no sólo disponer de más información acerca de la transmisión, sino contar con unas herramientas para frenarla, entre ellas normas e incluso decretos, una legislación específica que, como señala Pelaz, dota a estos centros de unas condiciones óptimas que garantizan la tranquilidad de los usuarios.
Referencia:
Prof. Francisco Maraver Eyzaguirre
Director del curso.
Tel. 649975299