En un acto presidido por la ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, el catedrático de Histología de la Universidad de Granada, Antonio Campos, tomó ayer posesión del sillón número 38 en la Real Academia de Medicina, ocupando el lugar que en su día regentara Santiago Ramón y Cajal.
En su discurso, Campos trató sobre Cuerpo, Histología y Medicina. De la descripción microscópica a la ingeniería tisular, y fue contestado por el académico Julián Sanz Esponera.
Además de los miembros de la Real Academia Nacional de Medicina, entre los asistentes estuvieron los académicos Margarita Salas, Gregorio Salvador, José Manuel Sánchez Ron y Juan Manuel Reol Tejada, de la Real Academia Española, de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y de la Real Academia Nacional de Farmacia.
En su discurso de ingreso el profesor Campos trató de la relación entre cuerpo, histología y medicina con objeto de saber cómo se incardinan los tejidos en el paradigma corporal de nuestros días y qué consecuencias pueden derivarse de esa incardinación para la medicina de nuestro tiempo. Así, tras analizar sucesivamente el significado de la histología en los paradigmas descriptivo y constructivo del cuerpo humano y en la medicina que surge de ellos, Campos afirmó en su estudio que el reto actual de la histología reside en pasar del conocimiento descriptivo funcional de los tejidos que constituyen nuestro cuerpo, y de la utilización de este conocimiento descriptivo para explicar la enfermedad y las distintas acciones terapéuticas, a la construcción y desarrollo de los tejidos al servicio de su propio uso terapéutico y rehabilitador en el seno de nuestra estructura corporal.
Al final de su discurso, el profesor Campos formuló algunas reflexiones sobre el nuevo cuerpo consecuencia de una nueva histología y una nueva medicina. Esta nueva histología, basada en el paradigma constructivo, nos llevaría a través de la ingeniería tisular a definir la unión en un solo ser del cuerpo biológico y la máquina. O lo que es lo mismo, a construir una suerte de Cyborg que podría permitirnos no sólo resolver determinados problemas patológicos o corregir una minusvalía, sino también adquirir capacidades nuevas.
Este Cyborg avanzado podría, por ejemplo, poseer visión nocturna mediante una retina de silicio relacionada con cámaras digitales, y en su forma extrema nos estaría remitiendo a los célebres replicantes de la mítica película Blade Runner.