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COMUNICADO DE LA UNIVERSIDAD DE GRANADA ANTE EL FALLECIMIENTO DE FRANCISCO AYALA

La Universidad de Granada ha acogido con profundo pesar la noticia de la muerte de D. Francisco Ayala, el insigne escritor granadino, a los 103 años de lúcida aventura vital e insobornable carrera literaria.

Francisco Ayala fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Granada el 12 de mayo de 1994, y desde su creación nuestra institución forma parte del Patronato de la Fundación que lleva su nombre. De todos es conocida su filiación familiar con nuestra Universidad: su abuelo materno, Eduardo García Duarte, fue catedrático de Medicina y rector de esta institución entre 1872 y 1875.

En estos momentos de dolor nos consuela la convicción de haber podido ser testigos privilegiados de los últimos años de la trayectoria ejemplar de un auténtico demócrata, de un intelectual comprometido con la libertad. Se nos va un escritor universal pero nos queda la memoria viva de un ciudadano del mundo, que dejó el sello de su impronta y de su literatura en los lugares que lo acogieron tras la diáspora que siguió a la guerra civil: Argentina, Puerto Rico, Estados Unidos.

En Francisco Ayala se dan cita, junto al paisaje físico (la Granada de su infancia quedó grabada en él de modo indeleble), el paisaje humano que conforma el carácter despierto y la intuición alerta, la curiosidad y el asombro, el profundo sentido crítico de sus obras y el espíritu liberal heredado de la lectura de Ortega, respetuoso con las ideas democráticas más arraigadas y defensor de ideales como la ciencia, el trabajo y la cultura, a lo que hay que unir una rigurosa formación literaria adquirida en la lectura de nuestros mejores clásicos, desde Cervantes a Galdós.

Afirmaba Francisco Ayala que “cada cual es hijo, tanto como de sus obras, de su tiempo”, y él mismo ha venido a ser quien mejor ejemplifique esa verdad inapelable. Sus obras perduran ya en la eternidad de su palabra, iluminando nuestro tiempo. La Universidad de Granada siempre se sentirá en deuda con quien tanto ha contribuido a ennoblecer la figura del intelectual y a extender la pasión por el conocimiento.