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Cervantes y el Quijote, una pasión convertida en locura

Una pasión convertida en locura. Eso es “El Quijote” para la profesora de la Universidad de Barcelona, Rosa Navarro Durán, quien se acerca al autor y al personaje para desgranar las distintas formas con las que cada uno vive la lectura: el primero, con un amor infinito que no le aleja de la realidad y el segundo, fruto de ese amor, con una locura que lo atrapa en un mundo ficticio. En su estudio, presentado ayer en “Don Quijote, una aproximación interdisciplinar”, un curso organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, la filóloga catalana ha analizado, además, las diferentes lecturas que uno y otro han realizado a lo largo de su vida, y afirma que en la biblioteca del Quijote no están todos los libros que Cervantes ha leído.

Esta omisión está totalmente estudiada por parte del autor. Así, en el escrutinio de la biblioteca del ingenioso hidalgo no aparecen títulos como “El Lazarillo de Tormes”, “El libro del caballero Cifar”, “El victorial“ o «El Guzmán de Alfarache». Libros a los que, sin embargo, recurre para recrear algunas de las escenas de la obra. Así, por ejemplo, la escena en la que Sancho se acerca a la boca de su caballero para comprobar que no le ha pasado nada en los dientes después de una cruenta batalla y éste termina vomitando, evoca aquella en la que el ciego mete la nariz en la boca de Lázaro buscando la longaniza hasta que lo hace vomitar.

Quijote y Lazarillo
La uña de vaca que ambos comen en la olla podrida también es un ingrediente que recuerda a la obra anónima. Pero estos no son los únicos guiños que hace el escritor a algunos de los títulos que ha leído pero que no se mencionan en el Quijote. Las claras referencias a la parte escrita por Avellaneda en el segundo volumen de su libro o los apuntes que aluden a “El Buscón de Quevedo” son otros ejemplos que pueden contemplarse en la lectura detallada de la obra.

Estas continuas referencias a otros títulos no suponen un plagio, sino todo lo contrario, ya que como asegura la investigadora, en todo momento Cervantes es consciente de lo que hace y, aunque se pueden ver en su novela algunas alusiones a escenas de otros libros, en ningún momento acude a ellas por falta de creatividad, sino más bien para disfrute de los lectores, para que estos puedan recordar en sus líneas otras obras cumbre de la literatura. En este sentido, Navarro Durán comenta que sólo los buenos escritores que han sido y son magníficos lectores son capaces de hacer uso de esta gran técnica literaria.

Pese a estas diferencias, autor y personaje comparten la pasión por un mismo libro, “Tirante el Blanco” (Tirant lo Blanc) de Joanot Martorell, una obra a la que ambos hacen alusión constantemente, hasta el punto de que Don Quijote fallece de muerte natural dejando su testamento escrito, al igual que Tirante.

El analfabeto fascinado con la lectura
El papel de Sancho como analfabeto que termina tan fascinado por las lecturas de su caballero como él, también es analizado por la profesora de la Universidad de Barcelona, quien explica cómo la magia de la literatura “no sólo puede cautivar leyendo, sino también escuchando”, como lo hacía el ochenta por ciento de la población de la época que no sabía leer.

Además de esta conferencia, a lo largo de la semana se abordarán temas como la caballería de papel, la ficción caballeresca en todas sus variedades, el sorprendente tapiz que es el Quijote, la urdidumbre de la lengua con la que se teje su registro coloquial o la relación que se establece entre el personaje y la poesía. La modernidad literaria de Cervantes, sus valores filosóficos y su relación con la política, la economía, el cine o las artes son otros de los temas que se presentarán en la Casa de la Cultura de Almuñécar hasta el próximo viernes 22 de julio

“En numerosas escenas de “El Quijote” se pueden encontrar múltiples referencias a la lectura que Cervantes hace del Lazarillo de Tormes

“Autor y personaje comparten una misma pasión literaria: el Tirant lo Blanc de Joanot Martorell”

“Con la recurrencia a escenas de otras obras, el escritor pretende que el lector disfrute de la pasión de la literatura”

Referencia
Emilio Blanco. Coordinador del curso
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