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Justicia, no tan ciega después de todo

radicionalmente se ha considerado que la belleza de una mujer influye positivamente en algunas actividades, por ejemplo el modo en que son percibidas por otras personas en el mercado laboral o en el mundo académico.
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Sin embargo, según un estudio reciente realizado por psicólogos de la Universidad de Granada, en un juicio por homicidio del esposo maltratador, la belleza de la acusada deja de ser un plus (a ojos del jurado popular) para convertirse en una carga de culpabilidad.
Según declaraciones de los autores del estudio, Antonio Herrera, Inmaculada Valor-Segura y Francisca Expósito: «Una de las conclusiones más interesantes de la investigación fue que, al presentar como atractiva a la acusada de matar a su maltratador, los participantes le atribuyeron mayor responsabilidad en los hechos y, al contrario, si se la definía como ‘no atractiva’, este índice disminuyó».
Los investigadores elaboraron dos procedimientos ficticios en los que la acusada era una mujer involucrada en la muerte de su marido maltratador. En el primero de los casos, la mujer respondía al perfil prototípico de una mujer maltratada (mujer joven, maltrecha, deteriorada físicamente y de aspecto frágil, con hijos y económicamente dependiente de su pareja).
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En el otro caso, la acusada era una mujer ajena a esa descripción (una mujer sin hijos, asesora financiera, casada durante 10 años y que durante el proceso judicial se presenta bien vestida, decidida y calmada en su interacción con el juez y los abogados).
Los participantes en el estudio actuaban como jurado y respondían una serie de preguntas relacionadas con sus percepciones de la credibilidad, responsabilidad y control. Además, los investigadores preguntaban a los participantes cuestiones relacionadas con sus creencias y sensaciones sobre el sexismo.
Lo que observaron los investigadores fue que el factor más influyente sobre la credibilidad de la mujer juzgada tenía que ver con si encajaba en el estereotipo de mujer abusada o no.
En palabras de los psicólogos: «Los resultados mostraron que cuando se presentaba a los participantes a una mujer maltratada no prototípica, es decir, que no encaja con la idea que la sociedad tiene de este tipo de mujeres, se le atribuía un mayor control de la situación, lo cual, en términos legales, se puede traducir en una mayor culpabilidad».
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El estudio se ha publicado en la revista The European Journal of Psychology Applied to Legal Context.
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