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Confirman que los huesos de Sevilla sí son de Colón

Confirman que los huesos de Sevilla sí son de Colón

Por Agencias
AGOSTO 2, 2006 (UNIVERSAL).- Pruebas de ADN permitieron verificar que el 15% del cuerpo pertenece al navegante

Se acabó la disputa. Parte de los huesos de Cristóbal Colón no están ni en Italia ni en Venezuela, sino en una urna ubicada en el interior de la catedral de Sevilla, en España.

Esto se confirmó ayer en los cursos de verano que celebra la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial, José Antonio Lorente, jefe del grupo de investigadores que estudia los restos del descubridor. Los huesos se analizaron y se compararon con los del hermano de Colón, Diego, y con su hijo Hernando, y el ADN coincidió.

Sin embargo, Lorente, que es además director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, reconoció que tiene que haber otros huesos en otros lugares ya que del esqueleto apenas hay 15% enterrado en la catedral y en muy mal estado de conservación debido a la humedad del lugar. De hecho, su hipótesis es que las tumbas de España y de la República Dominicana contienen los restos repartidos. El investigador está a la espera de que las autoridades de la República Dominicana autoricen la exhumación para trasladarse a dicho país junto con el biólogo Sergio Algarrada Vicioso y el forense Miguel Lorente Acosta y así concluir una investigación iniciada en el año 2002.

Los huesos enterrados en la catedral de Sevilla pesan apenas 200 gramos y tienen el tamaño de una pelota de golf. Para analizarlos se utilizaron las mismas técnicas que las desarrolladas en Estados Unidos para reconocer a las víctimas de los atentados del 11-S.

Según Lorente, pertenecieron a un varón, de entre 50 y 70 años, sin marcas de patología, sin osteoporosis y con alguna caries. Mediterráneo, medianamente robusto y de talla mediana. De los restos de su hijo Hernando se deduce que murió antes de los 55 años, que medía 1.74 metros, que era robusto y que no padecía ninguna enfermedad de los huesos. Además se descubrió que Diego, el hermano del conquistador, murió a los 60 años y tenía peor salud ósea: sufría artrosis avanzada y artritis reumatoide.

Cristóbal Colón se cree que nació en la ciudad italiana de Génova hacia 1451 y murió el 6 de agosto de 1506 (el próximo sábado se cumplirán 500 años), en la ciudad española de Valladolid, donde fue enterrado en la capilla de Luis de Cerda del convento de San Francisco. Tres años después de su muerte, su nuera María de Toledo (esposa de su hijo Diego), decidió trasladarlo al monasterio de Santa María de Las Cuevas, en Sevilla, ya que no estaba terminada la catedral. Treinta años después María de Toledo convenció al rey Carlos V para que, siguiendo los deseos del propio Colón, trasladara los restos de su yerno a isla La Española (las actuales Haití y República Dominicana), para así poder descansar junto a su hijo Diego. La exhumación se produjo en el año de 1536, según un cenotafio de La Cartuja, y los huesos de Colón fueron enterrados en la catedral de Santo Domingo.

En 1789 España perdió La Española en una guerra contra Francia, tras lo cual se ordenó una nueva exhumación para llevar los restos de Colón a suelo español. Así fueron trasladados a Cuba. Sin embargo, en 1898 España perdió la isla, por lo que las autoridades ordenaron de nuevo el traslado de los restos a la catedral de Sevilla.

En todo este periplo, y según el propio Lorente, pudo ser posible que cualquiera que tuviera acceso al cuerpo durante los traslados se guardase algún recuerdo en el bolsillo. Ha pasado más de una vez en la historia. De modo que podría haber restos de Colón en casi en cualquier parte, incluida la casa de algún familiar del monje, funcionario o vigilante que no pudo resistir la tentación de robar algún hueso del descubridor de América.

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