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Los problemas de las «macrourbanizaciones»

Más de la mitad de los parados tienen pocas opciones de volver a trabajar
Por : Miguel Madrigera Melilla

El 53,6 por ciento de los poco más de 6.000 parados que actualmente están registrados en la Ciudad terminaron 2006 con pocas o muy pocas oportunidades de encontrar trabajo, según datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Una mujer trabaja en una de las acciones para desempleados de la Administración. (Foto: Fidel Raso)
Una mujer trabaja en una de las acciones para desempleados de la Administración. (Foto: Fidel Raso)
Las posibilidades de trabajo de los desempleados fueron desveladas por el índice de “ocupabilidad”, actualizado mensualmente. Es un indicador que evita “distorsiones” y “facilita la labor del SPEE”, según fuentes del propio Departamento, quienes aseguran que en “ningún caso” altera las cifras de parados ni su clasificación.

Según publicaban ayer varios medios de comunicación y confirmaban fuentes del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), Melilla se encuentra por encima de la media nacional en lo que se refiere a la ‘ocupabilidad’ de los desempleados.

El índice se basa en cuatro elementos -duración del paro, ámbito de la búsqueda, actividades solicitadas y cobro de prestaciones que repercuten en la reocupación. En resumen, permanecer en el desempleo más de 12 meses, reducir la búsqueda de trabajo al municipio o a áreas del entorno, mostrar interés sólo por dos actividades y recibir ayudas económicas supone un conjunto de circunstancias que dificultan la contratación.

Estudio universitario
El director provincial del SPEE en Melilla, Joaquín Arana, señala que, tras un estudio realizado por un equipo de profesores de la Universidad de Granada, dirigidos por el doctor Manuel Toharia, se constataron que, entre las peculiaridades de Melilla, existía
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11/1/2007

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Los problemas de las macrourbanizaciones
Universidad de Granada

Expertos en urbanismo advierten de la falta de previsión del uso de recursos naturales al construir macrourbanizaciones y destacan la falta de previsión de acceso a recursos como el agua o la energía.
El estudio pone de manifiesto la carencia de herramientas científicas con las que Ayuntamientos y promotoras inmobiliarias gestionan en la actualidad el territorio español, sobre todo en las zonas del litoral.
El incontrolado aumento de población en algunos municipios puede tener consecuencias irreversibles desde el punto de vista socioeconómico y medioambiental.

La furia urbanística que vive actualmente nuestro país tendrá consecuencias nefastas en un futuro no muy lejano para la gestión de los recursos naturales como el agua y la energía.

Es la principal conclusión de una tesis doctoral realizada por Juan Manuel Santiago Zaragoza, investigador del Centro Andaluz de Medio Ambiente y profesor del departamento de Expresión Gráfica y Arquitectónica de la Universidad de Granada, quien por primera vez ha analizado los posibles problemas que, desde el punto de vista ambiental o socioeconómico, puede acarrear a largo plazo la falta de previsión a la hora de realizar la ordenación urbanística.

El trabajo de Santiago Zaragoza pone de manifiesto la falta de herramientas científicas con las que Ayuntamientos y promotoras inmobiliarias gestionan en la actualidad el territorio español, sobre todo en las zonas del litoral, donde la situación, a juicio del investigador granadino, “es dramática”.

“Las macrourbanizaciones que en los últimos tiempos salpican nuestro país –explica Santiago Zaragoza- no tienen en cuenta factores tan importantes como qué repercusiones puede tener el hecho de que un municipio duplique su población de repente”.

El investigador granadino destaca que es necesario “determinar estos problemas, como la falta de agua a corto plazo o la natural evolución de las líneas de costa, así como quién debe asumir los costes que ello conlleve, si el Gobierno, los Ayuntamientos o los propios constructores”.

Los coches y la energía, también
El número de vehículos y el consumo de energía son otras de las variables que el profesor de la UGR apunta se deberían tener en cuenta a la hora de ordenar el territorio. “Este trabajo es aplicable no sólo en España, sino en toda Europa –continúa Juan Manuel Santiago-, si bien las variables primarias y secundarias a tener en cuenta varían de un país a otro.

Por ejemplo, el nivel de agua embalsada será sin duda pronto un problema en España, pero no así en otros lugares del continente, donde la fuerte emisión de CO2 sí puede tener graves consecuencias”.

Por tanto, el autor de la tesis refiere que es necesario tener en cuenta las condiciones socioeconómicas y naturales de cada región a la hora de construir una urbanización de estas características, “y no sólo responder a criterios políticos y económicos, como se hace actualmente”.

Su trabajo ha sido realizado tomando como referencia la cuenca de los ríos Guadalete y Barbate, en la provincia de Cádiz, “donde la falta de posibilidad de construir nuevos embalses de agua garantiza que dentro de una década los recursos naturales se hayan agotado”.

A la hora de realizar su estudio, Santiago Zaragoza también ha tenido en cuenta la evolución climática, que apunta que en España las temperaturas se incrementarán ineludiblemente en los próximos años.

“Al margen de la variabilidad climática -que explica que nos encontramos en un ciclo ascendente del gradiente de temperaturas-, el hombre está contribuyendo a que ese calentamiento global evolucione de forma más rápida. Evidentemente, el agua, el suelo y la energía son tres variables que se ven afectadas por este auge en la construcción de viviendas”. un nivel académico bastante bajo que afectaba sobre todo a los trabajadores parados.

En este sentido, Arana explica que la ausencia de actividad de los sectores primario y secundario (agricultura e industria) dificulta la inserción laboral de los parados melillenses. Así, como entre las ofertas de trabajo en Melilla son inmensa mayoría los puestos en el sector servicios o en la Administración, que requieren cualificación media o alta, los parados de la ciudad tienen una dificultad añadida para volver a trabajar.
“En Murcia, por ejemplo –relata Arana–, un trabajador poco cualificado puede acceder al mercado de trabajo en la industria y en la agricultura. Opción que no existe en Melilla”.

En la comparativa entre comunidades autónomas, Cataluña ofreció el peor panorama. El 59,8 por ciento de sus desempleados tenía pocas posibilidades de volver al trabajo, al unirse las calificaciones de “muy baja” y “baja” ocupabilidad. En La Rioja, las circunstancias negativas afectaron al 57,2 por ciento de los parados, porcentaje que en Murcia bajó al 54,2; en Extremadura, al 52,8; y en Aragón, al 50,7. La tasa en Ceuta fue del 57,4 por ciento, por lo que Melilla se sitúa la quinta por la cola.

Melilla, quinta por la cola
En el otro extremo, el de la alta ocupabilidad, se sitúan Navarra, con un 26,8 por ciento de baja ocupabilidad, y Madrid, con un 34,3.

Los datos del pasado diciembre demostraron también que a mejor disponibilidad para el empleo más fácil resultó la consecución de un trabajo. Así, en 2006 salieron de las listas del SPEE en todo el territorio 53.179 parados con “alta ocupabilidad”; 42.949, con “media”; y 4.676, con “baja”; mientras que el grupo con el calificativo de “muy baja” aumentó en 20.740 personas. Estos movimientos dieron el saldo de 80.064 desempleados menos, publicado el pasado 3 de enero por el Ministerio.

En función del género, el 45,6 por ciento de los parados masculinos contaba con escasas posibilidades laborales; porcentaje que en el caso de las mujeres se elevó al 47,6 por ciento. Por edades, el futuro más negro era el de los 248.860 desempleados mayores de 45 años. En este colectivo 65 de cada 100 presentaban escasa ocupabilidad.

Respecto a los sectores productivos, los obstáculos más grandes surgieron en la construcción, donde el 57,1 por ciento de los parados apenas contaba con posibilidad de ser contratado. A continuación, se situaron los servicios, con el 54,7 por ciento; la agricultura, con el 45,5; y la industria, con el 44,3.
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