22/11/2005
Los Humedales del Guadalquivir a estudio
Universidad Pablo de Olavide
Analizan el contexto hidrogeológico de los humedales de la cuenca del Guadalquivir con el fin de preservar estos ecosistemas.
La Directiva Marco del Agua, de obligado cumpliendo desde el año 2003, indica en su artículo 4 que todas las aguas superficiales se deben encontrar en el mejor estado ecológico y químico posibles y las subterráneas con los mínimos cambios posibles del buen estado. Para evaluar la importancia que el agua subterránea puede tener en el mantenimiento de los ecosistemas lagunares de la cuenca del Guadalquivir, investigadores de la Universidad de Granada y Universidad Pablo de Olavide están a punto de finalizar un estudio que ayudará a establecer las medidas adecuadas para la protección de estos ecosistemas.
Se trata de una investigación iniciada en el año 2003 por los profesores José Benavente Herrera, Francisco Moral Martos y Miguel Rodríguez Rodríguez, fruto de un convenio entre la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la Universidad de Granada, con la colaboración de la Pablo de Olavide de Sevilla.
El objetivo de este estudio es conocer si las lagunas están relacionadas con los acuíferos o con las unidades hidrogeológicas cercanas y cuantificar cuánta agua reciben, para que así la Confederación Hidrográfica pueda, mediante criterios científicos, tomar determinadas medidas para la mejor gestión del agua de la cuenca.
Las investigaciones, divididas en varias fases, comenzaron con una clasificación desde el punto de vista de la hidrología superficial. Comprobamos el drenaje de las lagunas y si funcionan en régimen natural o está modificado dicho régimen. Luego realizamos una caracterización geológica de las zonas donde se sitúan, generalmente entre las zonas externas de las Cordilleras Béticas y la depresión del Guadalquivir. De esta manera, comprobamos si las características hidrogeológicas tienen influencia en el régimen hidrológico y el funcionamiento de las lagunas, explica Miguel Rodríguez, investigador de la Universidad Pablo de Olavide.
Otra de las fases importantes del estudio es el inventario de puntos de agua, que consistió en localizar todos los pozos, piezómetros y manantiales de la zona, medir la profundidad del nivel piezométrico y analizar una serie de características fisico-químicas del agua. El último paso consistió en realizar un balance hídrico en cada una de las lagunas.
Podemos establecer principalmente tres conclusiones. En primer lugar hemos comprobado que hay algunas lagunas que efectivamente están relacionadas con los acuíferos. En segundo lugar, los acuíferos sobre los que se sitúan estas lagunas están siendo sometidos a una intensa explotación con fines agrícolas, lo cual afecta al hidroperiodo de éstas. Y en tercer lugar, tanto las lagunas relacionadas con los acuíferos como las que no lo están, se ven afectadas en su mayoría por drenajes superficiales, lo que necesita una solución, afirma Miguel Rodríguez.