EgiptoCancer El cáncer de mama es una de las enfermedades que más padecen las mujeres y una de las que cobran más vidas del sexo femenino. Hasta ahora la descripción más antigua de la enfermedad había sido descubierta en el 3.000 a.C. y las evidencias más antiguas datan del 1.600 a.C. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y la Universidad de Jaén (UJA) han descubierto restos con presencia de la enfermedad crónica que datan del 2.200 a.C.
Hasta la fecha, la descripción más antigua de la enfermedad se encontraba en el Papiro de Edwin Smith, un documento egipcio de medicina del 3.000 a.C., uno de los documentos médicos más antiguos conocidos, junto al Código de Hammurabi. En cuanto a la evidencia más antigua de la enfermedad databa del 1.600 a.C.
La 7ª campaña de excavaciones
Los restos fueron descubiertos en una momia de la necrópolis de Qubbet el-Hawa, en Asuán, Egipto y es la evidencia más antigua de cáncer de mama en una mujer. La mujer, momificada a los 30 – 40 años, tiene una estatura de 1,62 metros y padeció metástasis.
El descubrimiento se realizó en el marco de la 7ª campaña de excavación de la necrópolis. El director del Laboratorio de Antropología de la UGR, Miguel Botella, afirma que «los restos demuestran cómo los habitantes del Antiguo Egipto vivían mucho peor de lo que nos podrían indicar sus grandes monumentos, y padecían numerosas enfermedades infeccionas que mermaban su esperanza de vida».
La momia se encontraba en un estado de conservación «complicado, debido a la crudeza de la enfermedad». Se trataba de una mujer de clase dirigente, descubierto a raíz del embalsamiento y del entierro de sus restos.
Los egipcios padecieron muchas enfermedades mortales
Según explica el investigador de la Universidad, Ángel Rubio, «el análisis, desde el punto de vista médico, demuestra que la evolución del cáncer de mama, no ha evolucionado significativamente a lo largo de los siglos».
Asimismo, al haber trabajado en las campañas con muchas momias de la necrópolis, el científico asegura que «se aprecia una importante presencia de enfermedades infecciosas, como tuberculosis o fiebre de Malta, marcas de violencia, tumores o enfermedades degenerativas y anquilosis de miembros». Botella sostiene además que «debido a estos procesos infecciosos la mitad de la población egipcia moría antes de cumplir los 50 años de edad».