Anestésicos en pequeñas dosis ayudan a combatir los problemas de migraña
Universidad de Granada
La investigación ha localizado por primera vez los puntos gatillo (al recibir un estímulo, disparan el dolor en otro lugar del cuerpo) que provocan crisis de migraña.
Uno de cada diez españoles sufre migraña, un problema que, según datos del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología, afecta a más mujeres (entre el 13 y el 17%) que a hombres (4-6%). Entre las cefaleas denominadas primarias (es decir, que no son debidas a una patología determinada) la más común es la migraña, una entidad de marcado carácter familiar, consistente en ataques recurrentes de cefalea de intensidad, frecuencia y duración muy variables (hay quien la padece a diario), que a menudo se localiza en un mismo lado de la cabeza y que se suele asociar a náuseas, vómitos e incapacidad para soportar la luz y los ruidos.
Este problema es el centro de las investigaciones llevadas a cabo por el ‘Grupo de estudios sobre cefaleas, fármacos activos sobre el sistema nervioso central y fibromialgia’ del departamento de Farmacología de la Universidad de Granada, cuya responsable es Elena Pita Calandre. Su labor investigadora, entre la que destaca la prueba de nuevos fármacos en pacientes con cefaleas y fibromialgia, ha determinado que una infiltración periódica de anestésico local como complemento al tratamiento farmacológico habitual ayuda a atenuar los efectos de esta molesta enfermedad.
Los científicos de la UGR apuntan que en la génesis de la migraña interviene un proceso de sensibilización periférica: las personas que la sufren padecen una hiperexcitabilidad de la primera neurona (es decir, aquella que recibe los estímulos del exterior). Ello se traduce en la existencia de los denominados ‘puntos gatillo’, zonas de la cabeza que al ser presionadas disparan la crisis de migraña. “Cuanto más frecuente sea la migraña que sufre el paciente, más puntos gatillo suele presentar”, apunta la doctora Pita, que recientemente ha publicado los resultados de su trabajo en el ‘European Journal of Neurology’.
En la cabeza y en el cuello
Aunque los puntos que desencadenan la cefalea pueden estar situados en cualquier parte de la cabeza, lo más habitual es que se localicen en la zona temporal (sienes) y en la nuca. Es por ello que a la consulta de Elena Pita acuden a menudo pacientes a los que les duele la cabeza, incluso, al peinarse. La localización de estos ‘puntos gatillo’ en pacientes con migraña no se había estudiado nunca antes, aunque sí se había sugerido la existencia de hiperalgesia en diversas áreas del cráneo.
Según la investigadora de la UGR –cuyo grupo ha trabajado con más de un centenar de pacientes-, el tratamiento de los ‘puntos gatillo’ con infiltraciones periféricas de anestésico local mejora la cefalea en pacientes que no responden bien al tratamiento preventivo farmacológico. “Nuestro objetivo ahora es comprobar cuál es la combinación óptima de estas inyecciones subcutáneas para complementar el tratamiento habitual para combatir la migraña”, explica Elena Pita.
En un trabajo anterior, realizado en colaboración con la profesora María Luisa Arnedo Montoro del departamento de Psicología experimental y fisiología del comportamiento, el ‘Grupo de estudios sobre cefaleas, fármacos activos sobre el sistema nervioso central y fibromialgia’ de la Universidad de Granada ya determinó que la migraña crónica provoca trastornos de memoria. Dicho de otro modo, cuantos más frecuentes sean los dolores de cabeza en un paciente (y más años lleve padeciendo este mal), más posibilidades de sufrir problemas de memoria tendrá éste.
“Son muchos los enfermos que sufren de anomia (dificultad para recordar los nombres de las cosas) provocada por la cefalea”, explica Elena Pita. La explicación parece lógica: si una migraña crónica puede llegar a provocar crisis epilépticas o incluso un infarto cerebral, no resulta extraño que produzca trastornos cognitivos.