El IME impulsa la declaración de la Menorca megalítica como Patrimonio de la Humanidad
Al coronel Francisco Fornals, insigne pregonero de las fiestas de Sant Lluís, se le fue la lengua la semana pasada. Anunció en público que Menorca aspiraría a ser declarada Patrimonio de la Humanidad y, aunque el presidente del Consell, Marc Pons, le desmintió en un primer momento para guardar la «discreción» que había pedido la impulsora de la iniciativa, la noticia no ha tardado en conocerse.
La sección de historia y arqueología del Institut Menorquí d\’Estudis (IME) ha acordado por unanimidad promover la candidatura del patrimonio arqueológico y talayótico de Menorca para que sea declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
La idea de la responsable de la sección, Margalida Orfila Pons (Maó, 1957), deberá ser refrendada ahora por el consejo científico y, en septiembre, por el consejo rector del ente antes de que tenga entrada en el Consell insular.
No obstante, tanto el coordinador científico del IME, Josep Miquel Vidal, como el conseller de Cultura, Joan Lluís Torres Faner, dejaron bien claro ayer que secundan la idea y creen que puede tener visos de prosperar. El proceso, en cualquier caso, se antoja largo y pueden pasar un mínimo de tres años hasta que la Unesco se pronuncie oficialmente al respecto.
Los yacimientos de interés susceptibles de formar parte de la declaración se cuentan por cientos. La cultura megalítica cuenta en Menorca con vestigios únicos en forma de talaiot, taula o naveta, construidos todos ellos hace más de 3.000 años. Además, ya se llevan contabilizados cerca de 700 hallazgos. La propia impulsora de la declaración, Margalida Orfila, puede dar buena fe de ello. Encargada de elaborar la carta arqueológica de Ciutadella, llegó a inventariar más de medio millar de yacimientos en el municipio.
El Bronze Age Studies Research, formado por la élite de la arqueología y la antropología mundial, visitó el año pasado los principales recintos megalíticos de Menorca para admirar sus características y recetar mejoras: más accesos y conservación. Con la declaración mundial de la Unesco, sería posible llevarlas a efecto.
El Patrimonio Mundial es el título conferido a espacios específicos del planeta con la intención de catalogar, preservar y dar a conocer los elementos de naturaleza o cultura excepcional para la herencia común de la humanidad. Hace un lustro, el Consell promovió la candidatura de las fiestas de Sant Joan. El complejo Dalt Vila de Eivissa es el único de Balears que atesora en la actualidad la declaración de Patrimonio de la Humanidad.
Margalida Orfila Pons, catedrática de arqueología de la universidad de Granada y jefa de la sección de historia y arqueología del IME, se muestra convencida de que la declaración que promueve puede contribuir a «incentivar el turismo cultural e identificar Menorca como un icono de la cultura talayótica en todo el mundo». «La Isla debe ir asociada a este sello distintivo por coherencia cultural con su consideración como Reserva de la Biosfera», asegura. Orfila estima que la declaración aprobada en 1993 por la Unesco supone «una base muy importante para que Menorca sea percibida como un sitio arqueológico» y, por tanto, tenga más opciones de ver prosperar su propuesta a nivel internacional.
En cualquier caso, la promotora de la declaración recuerda que se se trata tan sólo de «una idea embrionaria que todavía tienen que hacer suya el Consell, el Govern y el Estado». Esta mañana pondrá al corriente de sus ideas al conseller de Cultura.
A expensas de que la propuesta tenga entrada en el Consell, el titular de Cultura, Joan Lluís Torres Faner, cree que la iniciativa «comienza con buen pie pues, a diferencia de otras ideas que se han lanzado estos últimos años, no parte de ningún partido político sino del propio colectivo científico». Así ya fue, recuerda, con motivo de la declaración de Menorca como Reserva de la Biosfera que, «pese a las mentiras constantes de Joan Huguet, partió de la sección de Ciencias Naturales del IME».
Torres se muestra «dispuesto a estudiar a fondo» lo que considera «una buena idea» por realzar «la singularidad de la vertiente talayótica de Menorca, que en verdad es única en todo el mundo». La propuesta, sobre la que el Consell podrá pronunciarse presumiblemente en octubre, será puesta después a la consideración de la comunidad autónoma para que «sume esfuerzos y haga realidad el proyecto».
«Lo verdaderamente importante -recalca el conseller- es que la iniciativa sea acogida con entusiasmo y sea compartida también por la ciudadanía de Menorca. Más que el consenso político, es necesario el consenso social».
Joan Lluís Torres aventura que la declaración reportaría un triple efecto positivo. «Por un lado, propiciaría un conocimiento mundial de nuestro patrimonio, pero también estimularía el turismo y favorecería la llegada de más ayudas con las que financiar su preservación».
A diferencia de la propuesta de las fiestas de Sant Joan, promovida a principios de siglo, el conseller cree que ésta sí sería «asumida por todos los municipios de Menorca».
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