– La UGR desinfecta el aula ocupada por los antibolonia con nuevas tensiones
Adiós a las pulgas y los malos olores. La Facultad de Ciencias del Trabajo y la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Granada (UGR) volvieron ayer a casi la normalidad después de tres semanas de protestas. El lunes por la noche los jóvenes que están en contra el Plan Bolonia decidieron en asamblea que abandonaban el encierro, aunque el martes hubo gente en el aula. Si bien, la facultad volvió a cerrar sus puertas por la noche al igual que el lunes -esta vez de madrugada- después de tres semanas sin que se echara la llave ni de día ni de noche.
Un equipo especializado entró ayer al mediodía a desinfectar y desinsectar tal y como había recomendado el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la UGR el lunes. Los alumnos encerrados decían el lunes que no había ningún informe y estaban muy molestos porque se les acusara de llevar una plaga de pulgas y otros bichos así como de la suciedad. Según fuentes del Rectorado, el propio vicerrector del ramo, Pedro Espinosa, se trasladó ayer hasta el centro universitario de la calle Rector López Argüeta para llevar el informe.
Las tareas de limpieza las hizo una empresa externa a la propia Universidad granadina. El propio rector confirmó ayer por la tarde que el aula 3, la liberada por los alumnos durante las últimas tres semanas, estará ahora precintada durante unas 48 horas. Es lo que se hace habitualmente cuando se produce una tarea de limpieza como la de ayer. En el caso de que el riesgo para la salud se termine antes de ese plazo también se abrirá el aula antes.
La intención de la Universidad granadina era limpiar a partir de las 11.00 horas, pero al final se demoró un poco la intervención porque un grupo reducido de estudiantes estuvo dentro defendiendo su trabajo informando sobre el Plan Bolonia y rechazando que hayan sido ellos los que han llevado las pulgas. El lunes ese fue otro motivo de discusión y de gran molestia entre los encerrados en la Facultad.
Esos mismos universitarios decían que ellos no habían tenido problemas con los trabajadores del centro universitario. Esos empleados se negaron el viernes pasado a entrar a la facultad por la suciedad y porque decían algunos que les habían picado pulgas. Al propio decano le habían llegado varios escritos con quejas en este sentido.
En todo este tiempo desde la UGR han explicado que este grupo de personas que han estado encerradas durante las últimas tres semanas -se han ido turnando- han dormido por las noches con sus perros en el aula tres y en ocasiones en la sala de estudio. En el propio centro universitario se habían quejado no el viernes pasado sino antes del mal olor y de la falta de limpieza tanto en el aula como en los pasillos cercanos.
En diferentes ocasiones, alumnos y profesores tampoco han podido dar las clases que tenían en el aula 3 porque estaban ellos encerrados y había colchones, ollas…. A veces ha habido estudiantes preparando informes e información sobre el Plan Bolonia, pero otras veces no se ha estado trabajando contra el plan que privatizará la Universidad, según denuncian en sus escritos y en las manifestaciones y protestas.
Las negociaciones o acuerdos también han sido objeto de polémica durante la jornada de ayer y el martes. Los alumnos decían que el Rectorado les había facilitado aulas y desde el Hospital Real explican que no es así. Que se les darán aulas para trabajar, pero como siempre se ha hecho con cualquier alumno o profesor cuando la ha pedido.
Las tensiones durante estos últimos días han sido constantes. El encierro ha terminado y detrás dejan una denuncia en fiscalía, insultos… Y del Plan Bolonia aún queda mucho por decidirse.