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¿Cuántos inmigrantes quieren entrar en España: 15.000,30.000 o 40.000?

«Nos cuentan que han entrado 150 por la valla, pero luego en el CETI sólo se han registrado 80. ¿Qué pasa con los otros 70?, se pregunta José Luis Villena, responsable del Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo que la Universidad de Granada tiene en Melilla «¿Dónde están?»
Según el Ministerio de Interior, más de 1.600 inmigrantes entraron en territorio español a través de la valle de Melilla en los primeros meses del año. Lo registrado en este comienzo de año es la tercera parte de lo contabilizado en todo el año pasado, cuando 4.235 irregulares entraron en Ceuta y Melilla a través de las vallas. Eso, según datos del Gobierno. La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, que publica una de las bases de datos más fiables en cuanto a llegada de inmigrantes se refiere, habla de 4.354. Pero, a fecha de diciembre de 2013, la Guardia Civil hablaba de 4.370 inmigrantes. Cifra similar, sí, pero no si tenemos en cuenta que esta última se refería a los inmigrantes que habían intentado acceder a través de Granada, Málaga, Algeciras, Cádiz, Huelva, Almería, Ceuta, Melilla, Telerife, Las Palmas, Alicante, Murcia y Baleares.

Algo parecido ocurre con los inmigrantes que, según el ministro de Interior, esperan en Marruecos para saltar a Ceuta y Melilla. Días después de la tragedia del pasado 6 de febrero, Fernández Díaz hablaba en el Congreso de 30.000 (la misma cifra que en 2005). Unos días más tarde, lo elevaba a 40.000. Según el ministro, los datos habían sido aportados por el departamento de Interior de Marruecos. Pero su homólogo marroquí hablaba de un arco tan amplio, que iba de e25.000 a 40.000 irregulares. Desde Médicos Sin Fronteras, cuentan apenas 15.000. «Fiarnos es un acto de fe», dice Manuel Sobrino, de Red Acoge. «A nosotros, los datos del Gobierno nos parecen desproporcionados. Y sobre todo, generan un alarmismo que no hace ningún bien, ni a la inmigración ni a la convivencia. Ni reflejan la realidad».Cálculos, dice Sobrino, realizados en base a datos aportados por Marruecos e información proporcionada por el CNI, según lo afirmado por el Ministerio. «No sabemos ni de dónde vienen ni cómo los calculan», advierte.

Las cifras son elevadas, sí, pero depende de con qué se comparen. En 2006, llegaron a España 39.000 inmigrantes, principalmente a través de cayucos. «Es cierto que tantas personas intentando entrar en Ceuta y Melilla son un problema. Pero en el contexto migratorio que hemos tenido en España en los últimos años es una cifra muy pequeña. Se habla casi de invasión», dice Dolores López, profesora de Geografía Humana de la Universidad de Navarra. «Las personas que entran en Ceuta y Melilla son mínimas con relación a las que entran por los aeropuertos», dice Sobrino. En 2006, el SUP publicó un informe en el que se advertía de que medio millar de inmigrantes irregulares procedentes de Bolivia entraban cada día por los aeropuertos. El sindicato no ha actualizado los datos, pero los aeropuertos, principalmente Barajas y Girona, siguen siendo coladeros de los inmigrantes que no se juegan la vida en cayucos, ni esperan los saltos de valla.

Los cálculos de los inmigrantes que llegan a nuestro país son, según los expertos, muy imprecisos y se hacen, fundamentalmente, en base a los recuentos de Guardia Civil y Policía en las fronteras, y a los datos que ofrecen los centros de primera acogida, los CETIs.

Después, los irregulares que se quedan en nuestro país quedan reflejados en el padrón, una fuente que no existe en muchos otros países, señala Dolores López. A través de su inscripción en este registro, los irregulares gozan también de acceso a ciertos servicios. Pero pueden optar por no inscribirse, o pueden haber conseguido la nacionalidad, o pueden haber optado por marcharse a otro país. Ahí aparece la dificultad, según López, porque el padrón tiene una lenta capacidad de actualización.

Los expertos afirman que los intentos de salto se han incrementado en este comienzo de año, motivados, fundamentalmente, por las informaciones que llegan a los inmigrantes sobre devoluciones en caliente, la limitación de métodos antidisturbios y la próxima revisión de los acuerdos con Marruecos. Todo ello ha provocado que sientan la premura por saltar ahora, antes de que la frontera se cierre aún más. Pero las cifras en frío ocultan esa realidad. «Si comparamos este momento con el de hace un año, es cierto que ha aumentado. Pero las cifras por sí solas no pueden mostrar la situación. Hablamos de presión migratoria, pero no de por qué». El por qué es que la mayoría de los inmigrantes que saltan lo hacen para escapar de las situaciones de conflicto que se viven en países como Mali o Siria. España, según el Estatuto del Refugiado, tienen la obligación de darles acogida.

Según los expertos, la intención del Gobierno es dar una dimensión europea al problema, lanzar un mensaje claro a Europa. Aunque Sobrino desconfía, «Hace que se siga fortificando una barrera que va a dejar desprotegidas a estas personas. Cada vez la frontera sur, se quiere llevar más al sur».

También, para involucrar a Marruecos como aliado en la lucha contra la inmigración. Aunque según Dolores López, el interés del país vecino puede ir por otros derroteros. Desde hace tiempo, Marruecos se ha convertido también en país de destino de la inmigración subsahariana que ve cerradas las puertas de Europa. Y esto está generando importantes bolsas de inmigrantes que se quedan en el país, y que pueden suponer también un problema.

«¿A Marruecos le interesa realmente controlar la inmigración en las vallas? Tengo mis dudas», dice esta experta. «No sé si hay una voluntad real de controlar la inmigración de las vallas. Y no hay que olvidar, que los inmigrantes marroquíes que también llegan a España son una fuente importante de remesas para este país»

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