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Un secreto de piedra

CULTURA Y ESPECTÁCULOS
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Un secreto de piedra
El equipo que dirige el profesor Francisco Carrión se prepara para iniciar en las próximas semanas cuatro excavaciones en torno al dolmen de Menga
TEXTO: CARMEN MARTÍN / FOTO: ENRIQUE TORO / ANTEQUERA/

EL EXPERTO. Francisco Carrión coordinará los trabajos de excavación de este verano.

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LAS EXCAVACIONES
Al oeste del dolmen: Se excavará una galería trasera al sepulcro que podría ser la cantera para la construcción del dolmen .

Al noroeste: Tratarán de comprobar si el túmulo tenía un segundo anillo de piedra.

Al noreste: Investigarán si los túmulos de Menga y Viera están superpuestos, lo que permitiría saber cuál es más antiguo.

En el interior: Continuarán excavando la profundidad del pozo.

El equipo: Francisco Carrión, José Antonio Lozano, David García, Teresa Muñiz y Paulo Félix.
PARA explicar el futuro hay que conocer el pasado y eso es precisamente lo que intentan hacer Francisco Carrión y su equipo de investigadores, aunque viéndolos examinar con tanta atención los ortostatos del dolmen de Menga podrían ser confundidos por algunos de los muchos turistas que cada día se acercan al Conjunto Arqueológico de la Prehistoria de Antequera que dirige Bartolomé Ruiz. Sin embargo, su cometido es de vital importancia para desvelar secretos escondidos de la humanidad y en realidad investigan el tipo de rocas que conforman el sepulcro megalítico, de dónde proceden y cómo fueron utilizadas para construir Menga y se preparan para comenzar en las próximas semanas cuatro excavaciones en torno a la edificación megalítica.

Carrión, profesor titular del departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada y miembro del Instituto Andaluz de Geofísica, explica que la Consejería de Cultura está interesada en hacer una investigación profunda sobre el dolmen de Menga. Tanto, que actualmente se analiza en laboratorio mucho material geológico de la comarca de Antequera.

Analizando las rocas

Junto a ello, se ha analizado geológicamente el interior de Menga y se ha comprobado que las piedras que lo forman son areniscas y brechas calcáreas -del tortoniense superior- con gran potencia estratigráfica. «Esta información la hemos obtenido a nivel de planta, de las oquedades que hay en el suelo de Menga y del desarrollo que existe en el pozo del interior del sepulcro, excavado ya hasta los 6,30 metros», apunta Carrión.

Contrastando las rocas que se emplearon para la construcción del dolmen con las halladas en la comarca de Antequera se determinará de dónde procedieron.

La hipótesis con la que trabajan es que la cantera de donde se extrajo podría estar bajo el suelo de la entrada del dolmen o entre el río y la parte trasera del sepulcro. Sobre todo, después de que las investigaciones hayan desechado que proceden, como históricamente se ha creído, del cercano cerro de Veracruz al no aparecer allí el mismo tipo de piedra empleada en la construcción de Menga. Además, la hipótesis con la que se trabaja es que las rocas fueron extraídas del mismo suelo donde se construyó Menga, se hicieron los cimientos, se colocaron y luego se volvió a rellenar el espacio con la tierra que forma el túmulo. Pero no será hasta octubre cuando esas investigaciones geológicas concluyan y se sepa si la cantera de donde se extrajeron las piedras está en el mismo terreno que Menga.

Para comprobar si la cantera está tras el dolmen, donde los trabajos de investigación de la Universidad inglesa de Southampton y la de Granada hallaron anomalías que se podían traducir en una galería secreta con pasillos longitudinales de hasta diez metros, se excavará al oeste de Menga. Los trabajos, según Carrión, podrían empezar en un par de semanas ya que sólo falta la aprobación de Cultura. El trabajo de campo se compaginará con otro, que bien podría ser la continuación del pozo hallado en el interior de Menga, lo que podría desvelar si es coetáneo o no a la construcción del dolmen.

Las otras dos excavaciones comenzarán una vez concluidos los anteriores trabajos y se centrarán en la realización de un sondeo al noroeste para comprobar si existe un segundo anillo de piedra que contuviese el túmulo del dolmen. La última excavación se realizará entre la parte trasera de Menga y Viera para saber si hay superposición entre los dos túmulos y comprobar cuál es más antiguo.

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