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San Roque: El psiquiatra sanroqueño Castilla del Pino abrió su seminario Amor, amar

CAMPO DE GIBRALTAR
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San Roque: El psiquiatra sanroqueño Castilla del Pino abrió su seminario Amor, amar
Carlos Sopena afirmó que no se puede amar ni a lo extraño ni a lo idéntico La fisióloga Carmen Villaverde habló sobre el envejecimiento También se celebran dos cursos de industria y extranjería
SUR/SAN ROQUE

NUEVOS SEMINARIOS. Carlos Castilla del Pino -izquierda- durante la presentación de Amor, amar. / SUR

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Los riesgos en la industria
El lunes comenzaron cuatro nuevos seminarios de la XXVI edición, tres de los cuales se desarrollan en tres aulas del Palacio de los Gobernadores, y otro en las instalaciones de la factoría Cepsa. Los cursos se denominan Análisis biopsicosocial del envejecimiento: la tercera edad. ¿Grupo de riesgo o edad de oro?, El comportamiento seguro en la industria. Una meta a conseguir, El nuevo Reglamento de Extranjería, y Seminario de Antropología de la conducta: amor, amar.

Sobre éste último coordinado por el psiquiatra sanroqueño Carlos Castilla del Pino, intervino en primer lugar la profesora de Literatura Española de la Universidad de Cádiz, Anna Caballé, con la conferencia Amor y biografía: efectos de una fricción. Posteriormente, fue el turno para el psicoanalista Carlos Sopena con la charla El amar, entre lo mismo y lo otro.

Sopena explicó que, en su primera teoría de las pulsiones, Freud separó el hambre del amor; «las primeras tenían que ver con la autoconservación y las segundas con la sexualidad». Luego, Freud diferenció la líbido narcisista del objeto, para finalmente, en 1920, establecer el antagonismo pulsionar en Eros (el amor) y Tánatos (pulsión de muerte).

Sopena señaló que, con anterioridad, el amor era concebido como un derivado de la sexualidad, que se transformaba en ternura.

Espacio intermedio

En cuanto al objeto, el ponente tuvo en cuenta que, desde el comienzo, la percepción del mismo se separa en dos partes. Una es la que emerge como imagen en la relación narcisista, intercambiable con la imagen de sí mismo. El amor, según el conferenciante, debe desplegarse en el espacio intermedio entre el objeto especular narcisista y la cosa irrepresentable. «No podríamos amar a lo que nos es completamente extraño ni tampoco a lo que es idéntico a nosotros. La búsqueda de los semejantes debe ir acompañada de la atracción de los contarios», afirmó.

Lo paradójico es que lo diferente como tal viene a representar tanto lo que ha sido excluido de la conciencia por la represión, como lo que ha sido rechazado por ser distinto del objeto narcisista. Todo lo que ha sido excluido equivale a la pérdida de una parte de sí mismo, «por lo que resulta que esta alarmante extrañeza ejerce al mismo tiempo una atracción y hasta una fascinación», dijo Sopena.

Por otro lado, el seminario el envejecimiento, coordinado por Francisco Gala y Carlos Guillén, se inició con la ponencia de la fisióloga y doctora en Medicina, Carmen Villaverde, acerca de El envejecimiento biológico: cambios bioquímicos, fisiológicos y metabólicos en el proceso del envejecimiento.

La también catedrática de la Universidad de Granada habló de las distintas teorías en torno al envejecimiento, como la teoría del cronómetro celular, según la cual «el proceso de envejecer es un mecanismo programado, como si la células consideraran un número predeterminado de reproducciones

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