– ¿Menos humos! 2012 como horizonte
Cuarenta expertos multidisciplinares analizan el borrador de las cien medidas propuestas por la Junta para combatir el cambio climático.
ANDALUCÍA no quiere quedarse de brazos cruzados mientras la emisión de Gases Efecto Invernadero (GEI) provoca un cambio climático -del que ya estamos padeciendo las primeras consecuencias- que puede provocar alteraciones importantes de la superficie terrestre en este siglo XXI.
¿Qué puede hacer una simple comunidad autónoma en una lucha en la que las potencias mundiales no se ponen de acuerdo? El Protocolo de Kioto, pese a la no adhesión de Estados Unidos, está dando los primeros resultados y ha marcado el camino. Hoy, coincidiendo con la celebración del Día de la Tierra, los expertos internacionales insisten en que la contienda contra el cambio climático se puede hacer desde las más altas esferas de poder, pero también de manera individual, con la simple modificación de algunas conductas.
Cuarenta especialistas, no sólo de Andalucía, sino de España y de otros países, están asesorando al Gobierno andaluz en la elaboración de cien medidas que se incluirán en el Plan Andaluz de Acción por el Clima (2007-2012). El borrador, coordinado por los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, se dio a conocer la semana pasada. Su principal objetivo: lograr que nuestra Comunidad no libere nueve millones de toneladas de CO2 a la atmósfera en 2012.
La primera conclusión a la que llegan los sabios que participan en esta iniciativa es que se trata de una excelente idea, aunque buena parte de este centenar de sugerencias podrían variar de forma sustancial cuando pasen por el filtro de los investigadores, a los que, además, les preocupa que exista realmente la financiación necesaria para que este paquete no se convierta en papel mojado.
RAZONES DEL CAMBIO
Física aplicada
La actividad humana es la causante
Yolanda Castro pertenece al departamento de Física Aplicada de la Universidad de Granada. Ella, como el resto de consultados, no quiere avanzar sus conclusiones sobre la propuesta de la Junta hasta que no se las presente a la Consejería de Medio Ambiente, aunque encuentra algunas ambigüedades en ciertos planteamientos iniciales. Castro, como sus compañeros, califica la iniciativa de excelente. Destaca que en la comunidad científica ya no hay dudas. La responsabilidad de este cambio climático recae en la actividad humana. No entiende a los que acusan de catastrofistas a quienes alertan de los riesgos de esta alteración. «Son datos validados y contrastados estadísticamente», apunta. Recuerda que sí es cierto que en nuestro planeta se han producido cambios climáticos, pero no existen precedentes de que se hubiesen producido con tanta celeridad.
Un informe anexo al borrador del Plan Andaluz de Acción por el Clima señala que en Andalucía se espera, hasta 2050, un aumento progresivo de las temperaturas, que se notará más en las máximas que en las mínimas, es decir, aumentará el calor.
AGRICULTURA
Renovar sistemas y elegir cultivos
Más del 70 por ciento del agua, para regadío
Ignacio Lorite Torres es el responsable en Córdoba del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica. Opina que uno de los objetivos de este proyecto debe ser el de implantar medidas para hacer un uso eficiente del líquido elemento. La agricultura es la gran asignatura pendiente. Los cultivos absorben el 70 por ciento de las reservas hídricas en Andalucía, mientras que el 30 restante se dedica a consumo humano y uso industrial y turístico. Se prevé, si no se acentúan las medidas correctoras, que en 2070 lloverá un 20 por ciento menos en el Valle del Guadalquivir, aunque en provincias como Málaga, las precipitaciones aumentarán. Los grandes embalses de nuestra Comunidad, sin embargo, están en la cabecera de cuenca, donde habrá menos agua. Sus consejos son muy concretos: cambiar el riego en superficie por goteo, planificar los cultivos más adecuados (plantar maíz, por ejemplo, necesita 7.800 metros cúbicos de agua por hectárea) e implantar el uso de contadores en las plantaciones. «Uno no puede gestionar bien o hacer uso efectivo del agua, si ni siquiera sabe realmente lo que consume», concluye Lorite.
OCEANOGRAFÍA
No construir junto a las costas
El mar ofrece pistas inequívocas
El cambio climático no sólo se deja notar en la tierra y en la atmósfera. Los hielos polares se derriten provocando un aumento o disminución de la salinidad de nuestros océanos, que, según la zona, también se están volviendo más ácidos. Así lo explica Jaime Rodríguez, profesor del departamento de Ecología de la Universidad de Málaga. Entiende que lo que más le importa al ciudadano, en relación con su rama de investigación, es cuánto va a subir el nivel del mar en sus costas. Los avances aquí no tienen la misma exactitud que los de meteorología, pero señala que será inevitable que algunas zonas queden bajo el nivel del mar. Huye, sin embargo, de histerismos, porque recuerda que en la actualidad hay ejemplos, como los de los Países Bajos, donde el hombre ha logrado desarrollar su vida bajo el nivel de mar. Aboga por idear ya estrategias para acometer los cambios necesarios en aquellas zonas donde, a finales de siglo o principios del que viene, se pueda producir esta variable.
Otra de las claves, a su juicio, es la de prohibir de una vez y para siempre las construcciones en zonas próximas a las costas, porque el uso del territorio también condiciona el cambio climático. El mar, a su vez, es la mayor reserva de agua del planeta. Las desaladoras están permitiendo utilizarla para el consumo. Rodríguez espera que se mejoren los sistemas que devuelven la sal que se extrae durante este proceso, porque actualmente tiene algunos componentes químicos no deseados que, sin embargo, el océano asimila sin grandes problemas.
FÍSICA DE LA TIERRA
Esfuerzos desde abajo hacia arriba
Cambiar las bombillas, un simple y gran paso
Pedro Ribera Rodríguez, jefe del área de Física de la Tierra en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, recuerda que el daño que se ha hecho, hecho está y que será muy difícil revertir lo provocado por la emisión de gases efecto invernadero en nuestra atmósfera. Opina que donde se deben centrar los esfuerzos es en frenar su crecimiento. El objetivo es no traspasar la barrera de 500 partes por millón de centímetros cúbicos (actualmente se supera las 350). Las medidas que planea el plan andaluz son de mitigación y limitación. Él aplaude que las actuaciones no sólo se produzcan desde arriba hacia abajo (que los gobiernos marquen el ritmo) sino también desde abajo hacia arriba (que sean los vecinos quienes den pasos simples, pero decisivos). El simple gesto de cambiar las bombillas por otra de bajo consumo evitaría, al cabo de un año, la emisión de millones de toneladas de GEI. Al igual que no forzar el motor, conducir a la velocidad adecuada o utilizar el transporte público para trayectos cortos. Sería una forma de evitar los ciclos que se avecinan. «La ola de calor terrible que se dio en Europa en 2003, solía ocurrir una vez cada cien años, ahora puede pasar cada 15 ó 20 año», comenta.
ECOLOGÍA
Olvidar el cuánto me va a costar
Un 15 por ciento de energías renovables
Daniel López Marijuan, de Ecologistas en Acción de Cádiz, destaca que todas las consejerías hayan participado en este borrador, porque su colaboración es básica. Recuerda que Andalucía asumió el compromiso de lograr que el 15 por ciento de la energía que consume fuera renovable. Apunta que la marcha en solar es aceptable, pero que hay retraso en los apartados de eólica y biomasa. Deja claro que si, para hacer diésel se va a utilizar aceite procedente de cosechas en zonas selváticas arrasadas, el margen de beneficio para el medio ambiente es nulo.
Lamenta que las dos cuestiones más repetidas a la hora de abordar la cuestión del cambio climático, no solo aquí sino en el resto de Europa, sea la de qué puedo hacer y cuánto me va a costar. Insiste en que no se trata de dar mensajes catastrofistas, porque eso paralizaría a la ciudadanía, sino explicar la cruda realidad y destacar que si se actúa ahora y se menguan la emisión de GEI, los daños serán menores. El Plan Andaluz de Acción por el Clima pretende lograr buena parte de sus objetivos en 2012, aunque la meta es cumplir con lo marcado por la UE para 2020. Nace con la idea de aportar un paquete de medidas concretas de mitigación, en el marco de la Estrategia Española de Cambio Climático, para reducir en mayor medida las emisiones de gases de efecto invernadero en Andalucía y, en particular, mostrar la aportación que cada ciudadano puede ofrecer a título individual para solucionar el problema.
Todos los departamentos del Gobierno andaluz han tomado parte en la elaboración de este borrador, al que ahora presentarán sus alegaciones y objeciones los expertos contactados.
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