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Las universidades andaluzas se especializan

El llamado Proceso de Bolonia ha embarcado a las universidades andaluzas en la aventura del gran campus europeo. Pero en paralelo a esa globalización y con la percha de otro proyecto también comunitario, el de los campus de excelencia, las universidades andaluzas buscan afianzar sus singularidades o hallar otras nuevas a través de la especialización en determinadas áreas de conocimiento. Un propósito fundamentalmente materializable a través de la actividad investigadora.En este sentido es conocida la vocación de la Universidad de Granada de ser un referente en las ciencias de la salud y la biomedicina, la de Cádiz en el medio marino, la de Córdoba en agroalimentaria o la de Málaga en las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC).
En general, el perfil ansiado y propiciado por la Junta de Andalucía es el de universidades que potencien la investigación en las disciplinas relacionadas con el medio ambiente, los recursos naturales, la salud y las nuevas tecnologías, y todas ellas entre sí, para darse la mano con el nuevo modelo de desarrollo económico. De ahí que también se quiera ver a la Universidad Pablo Olavide (UPO) como un referente en cambio climático, a la de Huelva en agroalimentaria y química, o a la de Sevilla en TIC, ingeniería de materiales y biología, a la de Jaén en patrimonio y a la de Almería en energías renovables y agroalimentaria.
Ahora bien, ¿se corresponde con la realidad esa vocación? En Andalucía hay 20.000 personas trabajando en 2.475 grupos de investigación en este momento, 2.105 de los cuales están adscritos a las universidades andaluzas (el resto están en organismos del CSIC, hospitales, fundaciones de investigación, organismos públicos de investigación, etc.). Según datos de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, el área de Humanidades (28%) y el de Ciencias Sociales, Económicas y Jurídicas, SEJ (14,14%), se mantienen a la cabeza en número de grupos de investigación con diferencia del resto: Ciencias y Tecnologías de la Salud (1517), Física, Química y Matemáticas (10,52%), Recursos Naturales y Medio Ambiente (8,52), Biología y Biotecnología (7,53%), Agroalimentación(6,41), Tecnologías de la Producción (5,28%) y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (4,55%). Fundamentalmente por el tirón de las de Sevilla y Granada, las más antiguas y donde el peso de las áreas tradicionales es mayor. Un patrón que en menor medida repite el resto donde también las disciplinas de letras siguen copando el esfuerzo investigador.
Sin embargo, varias estadísticas de los últimos años sobre ese esfuerzo investigador de las universidades andaluzas realizadas por el Sistema de Información Científica de Andalucía (SICA), dependiente de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia, revelan una tendencia cada vez más clara hacia la especialización de las universidades andaluzas, excluida la Universidad Internacional (UNIA). Y esa especialización busca los perfiles antes mencionados. El SICA lleva diez años recabando datos de todos los trabajos científicos y tecnológicos que realizan los investigadores en Andalucía.
Modelo tradicional
José Navarrete, doctor en Documentación Científica y director del SICA, explica que esa tendencia a la especialización se ve claramente en las estadísticas del pasado año. Navarrete añade que es cierto que se aprecia un mayor esfuerzo en la especialización en TIC, medioambientales o biomédicas, «aunque el peso de Humanidades y Sociales o Jurídicas siga siendo mayor».
Entiende que esto obedece a la influencia hasta hace poco del modelo tradicional de universidad española, de tipo generalista, entre ellas Granada y Sevilla. Ambas son punteras en varias disciplinas, no una sola. Por ello, añade, no es raro que el nuevo modelo más especializado, más al estilo anglosajón, parta y se vea con más claridad en las universidades creadas a partir de los 70, como Málaga y Córdoba, la primera con tendencia a las TIC y la segunda en agroalimentaria. En esa especialización han influido varios factores. La creación del PTA unido al protagonismo de la Facultad de Económicas en Málaga fue caldo de cultivo para que se potenciara las TIC, indica. Lo mismo pasó con Veterinaria en Córdoba o el Campus de la Salud en Granada. El entorno unido al objetivo de distanciarse de las universidades matriz (Sevilla y Granada) hizo que las más nuevas, las de Cádiz, Huelva, Jaén y Almería, de quienes dependieron sus escuelas universitarias, han sido factores determinantes en los perfiles que han seguido todas ellas, añade Navarrete.
Lo que el SICA ha hecho para aproximar el perfil especializador de cada universidad es contrastar con datos de 2010 la capacidad docente (investigaciones de post grado o doctorados del alumnado); las publicaciones o ‘papers’ del profesorado; y la capacidad aplicada (‘spin-off’ y empresas de base tecnológica (ebt) vinculados).
Excelencia
Durante este curso, las diez universidades públicas de Andalucía (incluida aquí la UNIA), en las que hay matriculados 237.300 alumnos y ejercen 18.200 profesores, se están impartiendo 414 másteres y 256 programas de doctorado. Entre los más de dos mil grupos hay 249 investigaciones de excelencia, financiados con más de 48 millones de euros de inversión
En 2009 las universidades andaluzas captaron del programa marco de investigación europeo 2.737.494 euros y en los 8 primeros meses de 2010, el doble, 4.765.310 euros.

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