La UGR, contra el abandono escolar temprano en Melilla
La alta tasa de abandono escolar temprano con la que cuenta la ciudad de Melilla, tercera en el ranking nacional por detrás de Ceuta y Baleares, ha motivado la puesta en marcha por parte del Ministerio de Educación de un estudio que investigue las causas de este fenómeno que atañe ya a más del 30 por ciento de la población escolar melillense. La Universidad de Granada es la encargada de llevar a cabo una investigación que pretende hallar las causas y crear un programa de prevención que disminuya unos porcentajes que, en Ceuta, alcanzan a cinco de cada diez jóvenes en edad de cursar enseñanzas obligatorias.
Sebastián Sánchez, delegado del rector de la UGr en el Campus de Melilla, es el encargado de coordinar a los dos equipos que trabajan desde hace meses en este campo tanto en Ceuta como en Melilla. En nuestra ciudad ocho personas elaboran un cuestionario dirigido a gente que ya ha abandonado y que permitirá conocer de primera mano los porqués de esa decisión. El proyecto pasa también por encontrar el perfil de la persona que abandona sus estudios y por elaborar toda una sistemática de prevención que consiga bajar la media melillense.
Para Inmaculada Alemany, profesora de del departamento de Psicología Evolutiva de la Educación y directora del proyecto, no existe una sola cusa de abandono escolar. «En la decisión de un individuo pueden actuar causas internas, cognitivas, de deficiencias físicas o psíquicas, de falta de motivación o familiares y causas externas como el tipo de centro, su gestión y la motivación del profesorado». Según Alemany, otra de las causas puede ser el propio fracaso escolar, «que lleva al absentismo y, más tarde, al abandono».
Cambio
Según Sebastián Sánchez, el cambio producido en el sistema educativo en las últimas décadas hace necesaria la búsqueda de nuevas herramientas de comunicación entre las partes que lo componen. «Hay que tener perspectiva histórica ya que nuestro país ha pasado de tener un sistema educativo selectivo a uno público, gratuito y universal, que obliga a todas las personas de entre 6 y 16 años a estudiar y eso crea desajustes», apunta el delegado del rector, para quien es necesario crear mecanismos de ajuste y valoración «para ver qué sucede».
Eso es lo que busca el estudio de la UGr, en el que se utilizarán técnicas como los grupos de discusión, foros con representación de los ámbitos familiares, del profesorado y de los servicios de investigación y, en definitiva, «a todos aquellos que tengan algo que decir sobre el abandono».
Por último, y ante la lógica búsqueda de culpables ante un problema social, Sánchez cree que todos los sectores implicados deben hacer uso de la autocrítica.
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