Instinto de supervivencia
Un estudio sobre el águila perdicera descubre que este ave, en peligro de extinción, construye varios nidos con ramas de pino para evitar parásitos que afecten a sus crías
22.04.2008 –
TEXTO: JOSÉ GÁLVEZ / FOTO: SUR / MÁLAGA
Instinto de supervivencia
AMENAZADAS. En el estudio se han analizado 20 parejas de águila perdicera.
EL que existan hasta 22 nidos de una misma pareja de águilas perdiceras en un radio de 300 metros es un dato que sorprende y a la vez intriga a los científicos. Aunque en los últimos años se han barajado diversas hipótesis sobre el porqué estas aves construyen nidos alternativos, un grupo de investigadores andaluces ha descubierto ahora que este animal podría cambiar de nido para evitar a los parásitos que en él habitan. Además, el estudio ha revelado que en estos nidos utilizan follaje de pino resinero, un repelente natural contra los insectos que pueden poner en peligro la vida de sus crías.
La construcción de los nidos para cualquier ave supone un gasto energético muy elevado, pero, según Diego Ontiveros, el investigador principal de este estudio, para el águila perdicera (una especie en peligro de extinción) el esfuerzo es aún mayor porque sus nidos pueden llegar a medir casi dos metros de diámetro y en su construcción tienen que realizar cientos de viajes hasta reunir el material necesario para su realización.
Hasta ahora los científicos creían que estas aves construían varios nidos como señal de territorialidad, es decir, para evitar la entrada de competidores en la zona en la que habitaban. Otra de las teorías que se planteaban era que las rapaces hacían distintas residencias a raíz de un fracaso reproductivo. Ahora, los investigadores, pertenecientes al Departamento de Biología Animal de la Universidad de Granada han descartado ambas hipótesis. «El uso alternativo de distintos nidos y de plantas con repelentes naturales para su construcción ayuda a este animal a evitar a los parásitos, cuyas larvas permanecen en los nidos esperando la llegada de las aves en una nueva temporada de cría. Bajo esta perspectiva, aquellas parejas que más cambian de nido y usan más plantas con efecto insecticida, tienen menos parásitos en los mismos y son capaces de criar más pollos», explica Ontiveros.
Selección natural
De esta manera, según los investigadores granadinos, se ha comprobado que las águilas son capaces de seleccionar determinadas especies de pino, en concreto el pino resinero (Pinus Pinaster) «que contiene un repelente natural contra los insectos, el B-pineno», revela el investigador.
Los científicos han centrado su estudio en 20 parejas de águila perdicera que habitan la provincia de Granada. Según los investigadores, «el entorno de las aves ha sido determinante para entender la vinculación entre el cambio frecuente de nido, el éxito en la reproducción y el material utilizado para su construcción».
El investigador principal de este estudio confía en que el análisis realizado por su equipo, que ya ha sido publicado en Journal of Ornithology y Journal of Zoology, sirva para contribuir a la mejor conservación de este ave. «Para preservar mejor esta especie nos parece vital la protección de todos los nidos, estén ocupados o no», explica Ontiveros. Este añade que son necesarios más estudios para clarificar este importante aspecto de la ecología de las rapaces. De momento, su equipo va iniciar un análisis genético de la especie.