CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Hallan la primera cantera de la que extrajeron las piedras para construir el dolmen de Menga
Las excavaciones en el noroeste del yacimiento megalítico han dejado al descubierto una brecha de roca y varias piedras talladas que no se emplearon en la edificación del sepulcro Realizarán un nuevo corte y levantarán el antiguo camino para localizar otras extracciones
CARMEN MARTÍN/ANTEQUERA
EL HALLAZGO. Los expertos han localizado la cantera prehistórica, con varias piedras talladas, en una excavación al noroeste del yacimiento megalítico. / A. FUENTES
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LAS EXCAVACIONES
Desde el primer semestre de 2005 se están realizando en Menga distintas excavaciones que han dado lugar a numerosos hallazgos.
Entrada e Interior de Menga
Atrio: En el atrio se localizó una muestra de carbón del año 3.600 antes de Cristo. Cerca de la entrada, se encontró el cadáver de un santón musulmán y el de un adolescente anterior a la Reconquista.
Interior: Se halló un pozo, del que ya se han excavado 15,5 metros, y pequeñas oquedades hechas por buscadores de tesoros.
Exteriores de Menga
Al oeste: Se buscó la cantera, pero se hallaron restos de un enterramiento de la Edad de Cobre.
Al noroeste: Se ha localizado la cantera, aunque se buscaba un segundo anillo de piedra. Se ampliará con otro corte paralelo y se levantará el antiguo camino para excavarlo.
Al noreste: Entre Menga y Viera se localizó un poblado de la Edad del Cobre cuando investigaban cuál de los dos dólmenes era más antiguo.
Los expertos creen que el pozo del sepulcro es de la Edad del Bronce
Era una hipótesis de trabajo y con con los días se convirtió en uno de los objetivos principales de las excavaciones que se realizan en el conjunto dolménico de Antequera que dirige Bartolomé Ruiz. Los expertos tenían como teoría que la cantera de donde se extrajeron las rocas para construir el dolmen de Menga estaba en las inmediaciones del yacimiento megalítico, tal vez en la entrada o entre el río y la parte trasera del sepulcro. Detectaron incluso en este último lugar una estructura en forma de pasillos longitudinales de hasta diez metros que les hicieron pensar que allí estaba el lugar de extracción. No encontraron la cantera tras excavar la zona, pero la han hallado ahora muy cerca, justo al noroeste del dolmen de Menga, que está orientado hacia la Peña de los Enamorados.
La hipótesis cobró aún más fuerza cuando investigaciones anteriores confirmaron que las enormes piedras con las que se hizo Menga en la Edad del Bronce no procedían de donde históricamente se había creído, el cercano cerro de Veracruz, ya que allí no había el mismo tipo de piedra que se empleó en la construcción de Menga. Una vez descartado este extremo, el equipo de excavación que dirige Francisco Carrión creía que las rocas fueron extraídas de un área cercana al yacimiento, donde tras hacer los cimientos se colocaron las piedras para luego rellenar ese espacio con la tierra que forma el túmulo del dolmen.
El hallazgo ha sido casual
Debió de ser así. Y es que la cantera finalmente se ha encontrado de forma casual en un corte realizado al noroeste del yacimiento con el que se pretendía comprobar la existencia de un segundo anillo de piedra alrededor del túmulo. «Ahora eso no está tan claro. Antes de hacer la excavación veíamos que había varias piedras grandes que afloraban un poco, que nos hicieron pensar en un segundo anillo de piedra, pero ahora ha cambiado nuestra visión», confirma Carrión.
La revelación fue sorprendente: lo que en un primer momento se pensó que podría ser el segundo anillo de piedra resultó ser un depósito de rocas asociadas a una de las canteras que se empleó para hacer Menga. ¿Para qué las extrajeron y las prepararon entonces? Carrión aún no tiene la respuesta: «Podrían haber sido trabajadas y cortadas especialmente para colocarlas después en el perímetro, pero eso es algo que no podemos demostrar», matiza Carrión, profesor titular del departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada y miembro del Instituto Andaluz de Geofísica.
Carrión explica que el frente de la cantera estuvo expuesto al aire libre hasta comienzos del siglo XX y que esa roca es la misma que sirvió de cimentación a Menga y que continúa hacia el cementerio de la ciudad de El Torcal. En la excavación se han liberado también «algunas piedras de gran tamaño que incluso han sido trabajadas en superficie y que no han llegado a sacarse de ahí».
Pero el hallazgo de la cantera ha abierto nuevas incógnitas. Los expertos están casi seguros de que se trata de un lugar de extracción de época prehistórica y que no es el único que se empleó para construir Menga. Por eso, la Consejería de Cultura les ha dado luz verde para hacer un corte paralelo al actual y levantar el antiguo camino que rodea el túmulo con el fin de encontrar nuevas canteras. Carrión recuerda que este tipo de canteras ya han sido localizadas en otros tamaños en otros yacimientos de la Edad del Cobre o la Edad del Bronce, fecha en la que se hizo Menga.
Carrión basa su argumento en la existencia de otras canteras cuyas piedras son iguales que las usadas en Menga. Sin embargo, aún no han localizado las canteras de otro tipo de rocas -en este caso de arenisca con fósiles- con las que también está construido el interior del dolmen. «Hemos hecho tres sondeos geológicos, hemos perforado hasta 25 metros de profundidad y hemos sacado las columnas que nos han permitido montar la estratigrafía geológica de Menga. Ahí hemos visto que estas areniscas con fósiles existen en la formación geológica inmediata. Lo cual significaría que si siguiéramos investigando durante más tiempo la excavación podríamos localizar alguna cantera más, siguiendo el desarrollo de la roca hacia el noroeste de Menga», puntualiza el especialista. Algunas de estas hipótesis podrán despejarse cuando en la primera semana de enero, y ayudados de medios mecánicos y humanos, el equipo de Carrión quite la capa de piedra que pusieron cuando hicieron el camino y se excave éste para seguir localizando la misma roca que forjó los cimientos de Menga.
Carrión califica de «prometedor» el hallazgo de la cantera «porque finalmente vamos a encontrar más cerca de lo que preveíamos una de las canteras de donde se han extraído las rocas de Menga».
Tal es así que primero se intentó localizar en la parte trasera de Menga, donde pese a que se amplió el corte de excavación, no se ha detectado de momento ninguna galería de extracción. Sin embargo, en esta zona en la que se empezó a trabajar en septiembre fue donde el pasado mes de noviembre se localizó un enterramiento de la Edad del Bronce, justo a la altura del antiguo camino que rodea Menga y que ahora se va a excavar.
Poblado anterior
Los restos de aquel hombre del 3.600 antes de Cristo podrían ser los de un habitante de un poblado de la misma época. Estos se hallaron en un corte de excavación situado entre Menga y Viera, zona en la que ya han finalizado los trabajos. Allí se encontraron varios silos con restos de útiles de uso doméstico -cerámicas de cocina, molinos de mano, restos de carbón e incluso una semilla carbonizada- de la Edad del Cobre. Ello, junto a un análisis de una muestra de carbón localizado en el atrio de Menga, demuestran que la zona se habitó mil años antes de que se hiciera el dolmen.
Pero estos no son los únicos hallazgos que las excavaciones han sacado a la luz: En el suelo del dolmen se encontraron pequeñas cavidades realizadas por posibles buscadores de tesoros; se sabe ya que las columnas o pilares llegan un metro y medio por debajo del suelo y cerca de la entrada a Menga se descubrió el cadáver de un santón musulmán anterior a la Reconquista y el de un adolescente también musulmán, por lo que se cree que el dolmen fue usado como morabito -lugar sagrado para los musulmanes-. Además, se halló un pozo en el interior del sepulcro, cuya profundidad sigue siendo una incógnita