63089 En el antiguo Egipto, una de las culturas más importantes en la historia de la humanidad, los gobernantes y el pueblo no gozaban de buenas condiciones de vida y no vivían con tanta opulencia. Al contrario, sufrían hambre y malnutrición.
Además del nivel cultural que vivían, sufrían de muchas enfermedades infecciosas, una tasa de mortalidad infantil elevada y la esperanza de vida no pasaba los 30 años.
Estos son los resultados a los que llegó el proyecto de investigación Qubbet el-Hawa, coordinada por la Universidad de Jaén, donde participan antropólogos de la Universidad de Granada y el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.
Miguel Botella, científico del Laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada, realizó, con su equipo, el análisis antropológico de huesos de diferentes momias que se encontraron en la excavación.
«Aunque el nivel cultural de la época era extraordinario, el análisis antropológico de los restos humanos revela que la población en general y también los gobernadores, la clase social más alta, vivían en condiciones de salud muy precarias, en el límite de la supervivencia», comenta Botella.
«La esperanza de vida llegaba a los 30 años, ya que sufrían muchos problemas de mala nutrición y trastornos gastrointestinales agudos, ya que consumían agua contaminada del Nilo», agrega.
Según los antropólogos las tumbas que fueron objeto de estudio contienen inscripciones que son de gran importancia para la historia de la humanidad, no solo de Egipto.
Otros resultados de la investigación es que los gobernadores de la región de Asuán, ya practicaban el mestizaje con etnias africanas.
La investigación continúa en la tumba 33 de la necrópolis de Qubbet el-Hawa, a unos mil kilómetros de El Cairo.
(Con información de El Universal)