Un perdigón hallado en los restos sevillanos de Colón apunta a que son los suyos
Un perdigón de plomo hallado entre los supuestos restos de Cristóbal Colón que reposan en la Catedral de Sevilla sugiere que dicho osario se correspondería con el del navegante, según la investigación llevada a cabo sobre la tierra que acompañaba a los huesos en la tumba hispalense.
La concejal de Cultura de Marbella, Carmen Diaz; la alcaldesa de la ciudad, Angeles Muñoz, y Cristóbal Colón de Carvajal, Duque de Veragua, descendiente directo del Almirante (i-d), durante su participación en las jornadas científicas sobre diversos aspectos relacionados con los restos de Cristóbal Colón, hoy en Marbella.
El catedrático de Geología y Edafología de la Universidad de Granada Rafael Delgado ha presentado hoy algunos de los resultados de dicho estudio en las «Jornadas Histórico-Científicas Colombinas», que se celebran en Marbella (Málaga) y reúnen a una decena de expertos en la figura de Colón.
Delgado ha explicado a Efe que el hallazgo del perdigón, que habría estado alojado en el cadáver cuyos restos reposan en Sevilla, indica que estos «habrían sido de Cristóbal Colón y no de su hijo Diego, puesto que éste fue un cortesano mientras que el primero tuvo un pasado belicoso».
El navegante «incluso fue asediado por sus propios hombres en su último viaje», ha recordado el director del estudio, que ha señalado que el perdigón estaría encapsulado en el cuerpo de Colón y quedó entre los restos de la urna al descarnarse los huesos, práctica común en la época que consistía en limpiar con instrumentos cortantes las osamentas cuando iban a ser trasladadas.
Los supuestos esqueletos del almirante y de su hijo Hernando que descansaban en la urna colombina de Sevilla fueron exhumados en 2003 para ser analizados por investigadores del Proyecto de Identificación de Colón, que encargaron a Delgado el estudio de la tierra y otros restos que acompañaban a los huesos del navegante.
Entre dichos restos se han encontrado, además del perdigón, hilos de oro que indican que la osamenta pertenecería a un noble, insectos, materiales de construcción, moluscos, huesos de micro-roedores o semillas.
El objetivo de la investigación, según ha apuntado Delgado a Efe, es aportar datos analíticos «incontestables» a la controversia existente hace décadas sobre si los restos de Cristóbal Colón reposan en Santo Domingo (República Dominicana) o en la capital andaluza.
El examen científico de los caracoles hallados en la urna, realizado por el Museo de Historia Natural de París, así como de los insectos, ha permitido establecer que son originarios de las Antillas.
Los materiales de construcción también son de Santo Domingo, según ha indicado el catedrático, que ha destacado que las crónicas históricas reflejan que durante la exhumación de los restos en la ciudad dominicana «se recogió material de la bóveda y del suelo porque la caja estaba destrozada».
Estas pruebas muestran que los restos «son auténticos, aunque no discriminan si son de Cristóbal o de su hijo Diego», hecho que sí podría determinar el análisis de la caja de plomo en la que se encuentra la osamenta y que constituye una línea de investigación que el equipo de Delgado se dispone a acometer.
«El fraccionamiento isotópico del plomo puede indicarnos de qué mina procedía la caja», ha destacado el investigador, que ha apuntado que este estudio «puede aportar resultados fundamentales».
Delgado ha explicado que también se encuentra pendiente el análisis del cuarzo hallado en la tierra, que está siendo realizado por el Museo de Historia Natural de Londres, pero ha subrayado que mientras las autoridades dominicanas no permitan cotejar los restos existentes en Santo Domingo «el enigma histórico quedará sin resolver».
El almirante falleció y fue sepultado en Valladolid en 1506, pero sus restos fueron trasladados posteriormente a Sevilla y en 1541 a Santo Domingo, al igual que los de Diego Colón, único hijo legítimo del navegante.
En 1795, cuando la ciudad dominicana pasó al dominio de Francia, las autoridades españolas enviaron los huesos a La Habana y catorce años después, cuando Cuba fue ocupada por los estadounidenses, los devolvieron a Sevilla.
Antes de este último traslado, en 1877, se descubrió en la catedral de Santo Domingo una urna de plomo con el nombre de Colón, por lo que desde entonces las autoridades dominicanas insisten en que los españoles se equivocaron de restos y trasladaron a La Habana los de Diego Colón y no los de su padre.
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