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Las minorí­as étnicas y las personas pobres reciben peor atención en diabetes

Las minorí­as étnicas y las personas pobres reciben peor atención en diabetes

Una investigación de la Universidad de Granada ha realizado la revisión bibliográfica más completa hasta la fecha en el mundo sobre el tratamiento de la diabetes en los paí­ses de Occidente que tienen sistemas sanitarios de cobertura universal.

Las personas con un menor nivel socioeconómico y aquellas que pertenecen a grupos étnicos minoritarios reciben en los paí­ses más desarrollados del mundo una peor atención sanitaria que el resto en el tratamiento de la diabetes.

Así­ se desprende de una investigación realizada en la Universidad de Granada, en la que se ha realizado la revisión bibliográfica más completa hasta la fecha a nivel mundial sobre la atención sanitaria de esta enfermedad en los paí­ses de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que tienen sistemas sanitarios de cobertura universal. La OCDE agrupa a los paí­ses más avanzados y desarrollados del planeta, y sus miembros proporcionan al mundo el 70% del mercado mundial.

Ignacio Ricci Cabello, del Departamento de Nutrición y Bromatologí­a de la Universidad de Granada, dirigido por las profesoras Isabel Ruiz Pérez (Escuela Andaluza de Salud Pública) y Soledad Márquez Calderón (Consejerí­a de Salud de la Junta de Andalucí­a) han realizado este estudio cuyo objetivo principal era determinar si los sistemas sanitarios proporcionan o no una atención sanitaria equitativa a todas las personas diabéticas, independientemente de su sexo, raza, nivel socioeconómico o paí­s de origen.

Además, los investigadores se centraron en los paí­ses «ricos» con sistemas sanitarios de cobertura universal, ya que son los que se encuentran en mejor posición para evitar este tipo de discriminación.

Diagnóstico tardí­o

Los resultados del estudio mostraron que sí­ que existen desigualdades, de forma que las personas con menor nivel socioeconómico (con niveles de ingresos bajos, analfabetos/as, en desempleo…) son diagnosticadas más tarde, por lo cual en muchas ocasiones antes de recibir el diagnóstico están sufriendo complicaciones derivadas de la enfermedad, la cuales con un diagnóstico a tiempo podrí­an evitarse.

Además, como explica Ignacio Ricci «estos colectivos controlan peor sus niveles de azúcar en sangre, porque no saben cómo hacerlo o no son conscientes del importante papel que juega el autocontrol de su enfermedad en la prevención de las complicaciones de la diabetes».

El investigador destaca que «la peor parte se la llevan los grupos étnicos minoritarios, los cuales no sólo son diagnosticados más tarde y controlan peor su enfermedad, sino que también reciben un tratamiento diferente y tienen mayores dificultades en el acceso a los servicios sanitarios encargados del control de la enfermedad (endocrinologí­a, programas de detección precoz de retinopatí­a diabética o de pie diabético…)».

Para realizar este trabajo, los datos fueron recogidos a partir de estudios ya publicados, pues la metodologí­a seguida fue la de una Revisión Sistemática de la Literatura médica. Este tipo de investigaciones son consideradas por parte de la Comunidad Cientí­fica como las que aportan un mayor nivel de evidencia, ya que en ellas se revisan todos los estudios publicados sobre un tema en concreto, reuniéndose todo el conocimiento cientí­fico acumulado para poder así­ responder a una pregunta concreta de investigación.

Desigualdades sociales

El investigador apunta que más del 80% de los artí­culos publicados hasta el momento sobre desigualdades étnicas señalan que las poblaciones étnicas minoritarias acceden con mayor dificultad a los servicios sanitarios relacionados con el control de su enfermedad, y que el 85% de los artí­culos sobre desigualdades socioeconómicas coinciden en que las personas con menor nivel socioeconómico controlan peor su enfermedad que el resto.

Si estas desigualdades existen en el tratamiento de la diabetes «no serí­a de extrañar el pensar que éstas también pudieran existir en el caso de otras enfermedades crónicas como el sida, enfermedades cardiovasculares o relacionadas con la salud mental».

En definitiva, para el autor de esta investigación «dado que las desigualdades sociales en la atención sanitaria son innecesarias, injustas y evitables, los resultados de este trabajo deberí­an ser tenidos en cuenta por parte de polí­ticos o gestores de salud para poner en marcha polí­ticas socio-sanitarias dirigidas a disminuir y finalmente eliminar estas desigualdades».
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