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Determinan el genotipo de enfermedades causantes del sí­ndrome de la ‘muerte súbita’ cardí­aca

El Sí­ndrome de QT largo afecta aproximadamente a una de cada 2.500 personas, sobre todo jóvenes, y puede causar muerte súbita por arritmias ventriculares. Este trabajo ha sido realizado por investigadores del Hospital Virgen de las Nieves y de la Universidad de Granada. Los análisis genéticos se realizaron en el PTS de Granada, por el laboratorio Lorge.

Cientí­ficos del Hospital Universitario Virgen de las Nieves y de la Universidad de Granada han determinado qué mutaciones del gen denominado KCNH2 son las más frecuentes en el Sí­ndrome de QT largo en nuestra población.

El Sí­ndrome de QT largo es un trastorno de los canales iónicos cardí­acos que afecta aproximadamente a una de cada 2.500 personas, y que puede causar muerte súbita por arritmias ventriculares. Esta enfermedad suele afectar a niños y adolescentes y en ocasiones se confunde con cuadros convulsivos, diagnosticándose erróneamente de epilepsia.

Hasta ahora, se han descrito cientos de mutaciones en doce genes de canales de sodio y potasio principalmente. Así­, aproximadamente el 75% de las mutaciones descritas en el SQTL se encuentran en tres genes: KCNQ1, el más frecuente en otras poblaciones (canal de potasio), KCNH2 (canal de potasio), y SCN5A (canal de sodio).

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores granadinos trabajaron con 9 pacientes con criterios diagnósticos de Sí­ndrome de QT largo y 4 pacientes con Fibrilación Ventricular Idiomática (pacientes recuperados de una parada cardí­aca en los que no se llega al diagnóstico de la enfermedad responsable) que fueron estudiados en la Unidad de Arritmias del Hospital Virgen de las Nieves de Granada junto a algunos de sus familiares de primer grado

Estudio genético

Los cientí­ficos encontraron mutaciones en 7 pacientes con Sí­ndrome de QT largo y en 2 con Fibrilación Ventricular Idiopática. El 71.4% de las mutaciones fueron en KCNH2 y el 28.6% en SCN5A. No se halló ninguna mutación en KCNQ1. Sólo dos mutaciones estaban previamente descritas. De hecho, una de estas mutaciones se ha estudiado «in vitro» en un vector celular demostrando definitivamente su implicación en la etiologí­a de la enfermedad, lo que supone una gran aportación a este campo de investigación (ver imagen). Para ello se ha contado con la colaboración del Departamento de Farmacologí­a de la Universidad Complutense de Madrid.

En 6 familiares de los 19 estudiados se encontró una mutación. En conclusión, y a diferencia de estudios previos, el trabajo realizado en Granada ha demostrado que el estudio genético tuvo una alta sensibilidad para el diagnóstico de Sí­ndrome de QT largo, y que el gen más frecuentemente mutado fue KCNH2. Esto representa una diferencia importante respecto a otras poblaciones, en las que el gen más frecuentemente mutado es KCNQ1.

Este trabajo, publicado próximamente en Revista Española de Cardiologí­a, ha sido elaborado por Juan Jiménez Jáimez, Luis Tercedor Sánchez, Miguel Álvarez López, Ricardo Sebastián Galdeano (Hospital Virgen de las Nieves), Esther Martí­nez Espí­n y José Antonio Lorente Acosta (Departamento de Medicina Legal y Toxicologí­a de la Universidad de Granada). El análisis genético fue realizado en el Laboratorio de Análisis Genéticos Lorgen, en el PTS de Granada

«El gran interés que tiene el test genético en el abordaje de estas enfermedades radica en la posibilidad de identificar a sujetos afectados pero que presenten poca expresión fenotí­pica, esto es, que la enfermedad no se manifieste de forma evidente en el electrocardiograma o las pruebas de imagen» señalan los investigadores. «Ello incrementa las posibilidades de detectar a familiares portadores de la misma enfermedad pero con resultados poco concluyentes en el resto de pruebas, lo que a nuestro juicio representa un gran avance dado que estas enfermedades genéticas pueden ser hereditarias».

Pese a lo significativo de estos resultados, los investigadores advierten de que su trabajo constituye «una experiencia preliminar e inicial en nuestro paí­s», y describe el perfil genotí­pico de una pequeña muestra de pacientes. «Es necesaria una colaboración multicéntrica para obtener grupos más amplios y conclusiones extrapolables a la población general», destacan los autores.

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