Un estudio de la UGR revela la tendencia de prostitutas a ejercer en pisos alquilados por ellas
Una investigación de la Universidad de Granada constata la tendencia de las prostitutas a agruparse por su cuenta y ejercer la profesión en pisos alquilados por ellas, así como la progresiva desaparición de las tradicionales casas de citas.
El estudio, elaborado por Francisco Jiménez Bautista, del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad, constituye el primer mapa de la «geografía de la prostitución» en Granada.
La investigación, resultado de ocho años de entrevistas a prostitutas, camareros de hoteles, clientes, policías, monjas y trabajadores sociales, señala que en Granada la prostitución se ejerce fundamentalmente en la calle, en locales de alterne que ofrecen servicio de bar pero que sustentan su negocio en esta práctica, en casas de citas y en otros lugares como saunas, salones de masajes y casas aisladas, ha informado hoy la Universidad.
En cuanto a la prostitución callejera, el estudio indica que en Granada se ejerce en las zonas periféricas de la zona norte, en la carretera de Jaén, cerca del recinto ferial y en la zona central del Paseo del Salón, habitualmente a partir de las doce de la noche.
En el Paseo del Salón no quedan ya prácticamente prostitutas, mientras que la carretera de Jaén está ocupada en su mayoría por rumanas o alguna mujer de países del Este, según el investigador, que mantiene que las de origen subsahariano suelen ubicarse por la estación de autobuses y los hombres por la Cacería del Cerro.
En Granada, las mujeres españolas no hacen la calle ni trabajan en locales de alterne, según el estudio, que aprecia una tendencia de las prostitutas, en los últimos tiempos, a agruparse por su cuenta en pisos alquilados por ellas para ejercer allí la prostitución, circunstancia que se da especialmente en el barrio de la Magdalena.
El estudio aprecia también la progresiva desaparición de las últimas casas de cita que había en el barrio de San Matías y San Juan de los Reyes, en el centro de la ciudad, así como la apertura del horario de la práctica de la prostitución, que está pasando a ejercerse desde las cuatro de la tarde en los locales de alterne.
Las chicas de los domicilios particulares, por su parte, suelen trabajar las 24 horas del día y las de la calle por la noche.
El investigador advierte de la «doble moral y la hipocresía» de la ciudad en relación a la prostitución, de lo que ha puesto como ejemplo el hecho de que «muchos de los vecinos de la carretera de Jaén que se han organizado para solicitar la desaparición de la prostitución de la zona, son clientes de las chicas que ejercen».
El estudio llega además a la conclusión de que la mayoría de las mujeres vinculadas a la prostitución en cualquier ciudad entran en ella por dinero, que supone para ellas «una verdadera droga» de la que acaban volviéndose «adictas».
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