La Universidad de Granada está recibiendo testimonios fehacientes de familiares de personas que fueron fusiladas o desaparecieron durante la Guerra Civil que remitirá al juez Baltasar Garzón junto al listado de profesores depurados del que dispone la institución académica en su archivo. Ese listado de profesores depurados, que incluye a una treintena de docentes, ya estaba elaborado y pendiente de ser remitido al juez de la Audiencia Nacional, si bien la Universidad ha decidido retrasar el envío unos días ante la recepción de nuevos testimonios que -salvo aquellos que no estén lo suficientemente documentados- serán adjuntados también a la información que harán llegar a Garzón.
Según ha explicado Miguel Gómez Oliver, vicerrector de Extensión Universitaria y Cooperación al Desarrollo y coordinador de la comisión creada por la universidad para cumplir el requerimiento del juez de la Audiencia Nacional, los testimonios están siendo remitidos, en ocasiones a través de correos electrónicos, por personas de dentro y fuera de la comunidad universitaria.
Entre la documentación remitida figura una carta escaneada que fue escrita a las dos de la madrugada del 16 de septiembre de 1936 por un hombre -abuelo de un profesor de la Universidad de Granada- que se despide de su mujer y su hija, según el vicerrector.
Gómez Oliver ha precisado que la universidad no incluirá entre la información que remitirá al juez Baltasar Garzón los testimonios que no vayan acompañados de «documentación fehaciente», pero sí aquellos sobre la desaparición de personas que se considere acreditados.
Con ello se pretende también «dar satisfacción» a los familiares de personas que fueron fusilados o desaparecidos durante la contienda, según el vicerrector.
Los testimonios que cumplan esos requisitos serán adjuntados al listado de profesores depurados -aquellos que fueron sometidos por la comisión de depuración a algún tipo de suspensión o inhabilitación- que figura en el archivo de la universidad.
En realidad, ese listado, que incluye a una treintena de personas entre docentes y lo que hoy se conoce como personal de administración y servicio, no responde con exactitud al requerimiento realizado por el juez.
En concreto, Garzón pidió, tanto a la universidad granadina como a otras instituciones, el nombre de personas enterradas en fosas comunes, las circunstancias y hechos que concurrieron para esos enterramientos masivos, la fecha de los mismos y si las muertes constan anotadas en algún registro público.
No obstante, la universidad lo remitirá a la Audiencia Nacional por si supone alguna aportación a la investigación.
Aunque el listado de profesores depurados no lo especifica, en él sí figuran seis fusilados -cinco catedráticos y un profesor auxiliar- que ya están incluidos en la lista que la Asociación para la Memoria Histórica remitió recientemente a la Audiencia Nacional.
Se trata en concreto del rector Salvador Vila; el catedrático de Historia y alcalde de Granada José Palanco; el catedrático de Química Jesús Yoldi; el de Derecho Administrativo Joaquín García Labella; el de Pediatría Rafael García-Duarte y el profesor auxiliar de Medicina José Mejías Manzano.
La documentación que la universidad remitirá a la Audiencia Nacional se completará con los trabajos de investigación realizados por la institución académica sobre la Guerra Civil o la figura de personas que fueron fusiladas en esas fechas, según el vicerrector.
Gómez Oliver mantiene que además del listado de profesores depurados, en el archivo universitario no consta ninguna documentación más sobre los represaliados durante la Guerra Civil y el franquismo.
Descargar