García Montero reitera su idea de abandonar la enseñanza en la Universidad de Granada
En una clase magistral, el profesor y poeta Luis García Montero ha reiterado su intención de pedir una excedencia de la Universidad de Granada para alejarse de las aulas después de la sentencia de un tribunal que lo obliga a indemnizar a otro colega con el que no congeniaba en pensamiento. Alumnos, amigos, profesores y el mundo cultural granadino han acudido a manifestar su apoyo al literato.
Aquí, en esta clase, finalizan 25 años dedicados a la enseñanza, a la inspiración, a la literatura y a la pasión. Aquí el poeta, profesor y hombre de cultura, Luis García Montero ha dicho adiós a la Universidad de Granada. Un altercado literario con un ‘colega’, elevado a los altares judiciales, ha acabado con la vocación, y por así decirlo, con la libertad de expresión de un enamorado de las letras. Pero no ha sido un adiós silencioso y apagado, al contrario, a la llegada a su clase de las tres y media, García Montero era recibido por cientos de sus alumnos, amigos y profesores, que entre aplausos han querido mostrar su cariño, su amistad, su lealtad, y al fin y al cabo, su compromiso con el ideario de este hombre que ha luchado por una enseñanza libre, de la que él mismo, al fin y al cabo, ha sido una víctima. A pesar de las palabras del rector para que reflexiones sobre su postura, la decisión ya estaba tomada.
Lo que iba a ser una clase sobre la obra de Lorca: Mariana Pineda, se ha convertido en un tributo a Montero. El catedrático de Derecho, Mariano Maresca ha leído un manifiesto de apoyo al profesor, en el que han asegurado sentirse muy descontentos con la sentencia y tristes por la pérdida de un hombre de la calidad intelectual y personal de García Montero. Y a pesar de que él mismo ha intentado seguir con su clase, por respeto a sus alumnos, la llegada de su amigo, el maestro: Enrique Morente, le ha emocionado hasta el punto de cambiar completamente el rumo de sus ideas, para rodearse del mejor espíritu de todos, el de Lorca, con la lectura de sus poemas.
Aplausos y abrazos, para un hombre que ha visto perdida la batalla de una vida de lucha, y que con una sensación agridulce dice adiós a una institución en la que puso ilusión y vida. ¿Quién ocupará ahora su lugar?
Los alumnos saben que una de sus fuentes de sabiduría más prolíficas acaba de cerrarse. Y la familia, con ese sentimiento contradictorio de orgullo y pena por el que se marcha, aseguran que Luís debería seguir en sus clases, compartiendo con sus alumnos cosas de los libros y de la vida.
Y así, así se va otro de los grandes, en una sociedad, en la que a veces, no se valora lo que se tiene, hasta que se pierde. Veremos si en este caso ocurre lo mismo.
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