– García Montero: cumplir 50 años es buen momento para meditar sobre el tiempo
El poeta granadino Luis García Montero ha declarado hoy en Sevilla que cumplir los 50 es buen momento para meditar sobre el paso de los años y sobre el paso de la historia y que eso es lo que ha hecho en su último libro de poemas, Vista cansada (Visor).
El poeta, catedrático de Literatura Española en la Universidad de Granada, ha asegurado a los periodistas que el título surgió hace seis años cuando empezó a escribir estos poemas y, en una visita al oculista, fue informado de que padecía vista cansada.
Para el poeta, este título tiene un doble sentido, por un lado la toma de conciencia del paso del tiempo y de la factura que van presentado los años, pero por otro supone la apuesta optimista del que acude al especialista en busca de unas gafas para seguir leyendo, seguir informándose y no quedarse ciego.
De ahí el tono de melancolía optimista que garcía Montero ha querido destacar en sus propios versos, un optimismo derivado de la acumulación de años, lo que le ha servido para poder matizar -cumplir años significa que puedes matizar- y escribir un poema dedicado a su madre, algo que creía que nunca podría hacer.
Como advirtió Bécquer a una mujer, si alguien le escribe un buen poema de amor será mejor que desconfíe de él, porque los buenos poemas se escriben con la cabeza fría, ha recordado García Montero para explicar lo importante de matizar en los poemas, como él ha podido hacer en el dedicado a su madre, de quien ha afirmado que, en principio, era todo lo contrario a la idea de mujer que él defiende.
Sin embargo, el paso de los años le ha permitido comprender la capacidad de amor, de sacrificio y de entrega de esas mujeres que borraron su vida para crear condiciones para una familia.
Sobre el optimismo, el poeta ha declarado con humor que con el paso de los años las cosas se ponen tan mal que uno no se puede permitir el lujo de ser pesimista, a la vez que abogó por no renunciar a la lucidez y por no engañarse con los sueños y luchar por no convertirse en un cínico ni en un cascarrabias.
Respecto a su evolución estética, ha comentado que cada vez está más clara su apuesta por la naturalidad, por la palabra desnuda, por una poesía cada vez más limpia, que establezca un diálogo moral con el lector; por la poesía como un arte y como un ejercicio de conocimiento.
En Vista cansada hay también poemas dedicados a Jaime Gil de Biedma, a Antonio Machado y a Rafael Alberti, de quien ha asegurado que le enseñó a disfrutar con la poesía y a no ser sectario con las formas de entenderla que no son las propias.
El libro que en la nueva colección de la editorial Visor, Palabra de honor, seguirá a Vista cansada, será el poemario que dejó Ángel González antes de morir, Nada grave.
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