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El traslado de cuerpos de los Reyes Católicos reforzó el simbolismo de Granada, según un estudio

Un estudio universitario ha analizado el valor que tuvo el traslado de los cuerpos de los Reyes Católicos en el reforzamiento de Granada, última ciudad musulmana que fue reconquistada, como símbolo de «los valores de la monarquía conquistadora».

Según queda reflejado en el artículo de la investigadora Cécile d’Álbis, publicado en la revista de historia moderna de la Universidad de Granada ‘Crónica Nova’, la sacralización de Granada comenzó con la conquista en 1492 y la presencia real y la implantación del nuevo poder.

Los traslados de los cuerpos de los Reyes Católicos y la construcción de la Capilla Real reforzaron aún más «el carácter simbólico de Granada que encarna los valores de la monarquía conquistadora», ha afirmado la investigadora de la ‘École des Hautes Études en Sciences Sociales’ de París, en su estudio titulado «Sacralización real y nacimiento de una ciudad simbólica: los traslados de cuerpos reales a Granada».

Los reyes, enterrados como unas reliquias de santos en el centro de la ciudad adquirieron así «para Granada, de un modo natural, el papel de patronos espirituales y temporales», según la información facilitada por la Universidad de Granada.

Según Cécile d?Álbis, la realeza hispánica encuentra en los trayectos y las recepciones fúnebres unas ocasiones ceremoniales nuevas que refuerzan su sacralidad y dibujan progresivamente la especificad de su poder.

«La decisión de Carlos V de establecer su panteón dinástico en Granada transforma sin embargo el proyecto inicial de los Reyes Católicos y muestra los cambios de sentido adquiridos en la conquista de 1492» que se transforma así, según D’Álbis, en el «proyecto doctrinal de la monarquía hispánica».

El féretro de la reina Isabel la Católica , que tardó más de 20 días en llegar a Granada, procedente de Medina del Campo, vino acompañado, de acuerdo con lo que se relata en el artículo científico, por un séquito de casi doscientas personas entre los que había músicos, soldados, guardias, escuderos, cocineros y artesanos.

El cortejo pasó, pues, por las localidades de Arévalo, Cardeñosa, Cebreros, Toledo, Manzanares, El Viso y Mengíbar, celebrándose una ceremonia fúnebre en las iglesias de cada uno de estos lugares con el cuerpo de la reina presente.

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