El rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro, ha sido investido hoy, 10 de octubre, Doctor Honoris Causa por la universidad rumana «Stefan cel Mare» de Suceava. El nombramiento se fundamenta en los méritos científicos que, en el campo de la geología, concurren en el nuevo doctor, así como por sus logros como gestor universitario en el proceso de la internacionalización de las instituciones del espacio europeo de educación superior y en la difusión de los intercambios académicos y culturales entre las distintas universidades del viejo continente.
En nombre de la Universidad de Suceava abrió el acto su rector, Dr. Valentin Popa, que hizo especial hincapié en los méritos científicos, docentes y de gestión universitaria que concurren en el nuevo doctor, por los que le ha sido otorgada esta distinción, así como en los fuertes lazos de cooperación académica que unen a su institución con la Universidad de Granada.
En su discurso de aceptación, el profesor González Lodeiro ha agradecido el nombramiento y ha felicitado a la Universidad de Suceava que cumple estos días sus primeros 50 años, al tiempo que ha dibujado una semblanza histórica y geográfica de la Universidad de Granada, haciendo especial hincapié en las relaciones que nuestra institución mantiene tanto con las universidades del mundo árabe, mediterráneo y latinoamericano, así como con las de los países del centro y este de Europa. En ese contexto ha destacado cómo la Universidad de Granada fue pionera en Andalucía en la enseñanza del rumano, que se remonta a 40 años atrás. La alusión a la figura internacional del fallecido filólogo rumano Eugenio Coseriu, Doctor Honoris Causa por la UGR, era obligada por la decisiva aportación que su magisterio supuso para los jóvenes filólogos que en la universidad granadina se iniciaban en el estudio de las lenguas románicas.
Francisco González Lodeiro aludió en su discurso a su trayectoria docente e investigadora, así como a su experiencia como gestor universitario en las distintas responsabilidades que desempeñó, con especial énfasis en su etapa como responsable de las relaciones internacionales de la UGR «en un tiempo clave, cuando se produjeron los cambios más importantes en Europa y en las universidades europeas», que coincide con el proceso de globalización desarrollado en las dos últimas décadas del siglo pasado y que cambiaría el modelo de las universidades hasta entonces imperante. El discurso del nuevo doctor se centró a partir de ese momento en «los procesos y hechos más significativos que se han producido a lo largo de estos treinta últimos años en el mundo universitario europeo», sin eludir la referencia a otros sistemas: latinoamericano, anglosajón, y el del mundo árabe, con especial atención al radicado en el norte de África.
Así destacó la importancia que tuvo en Europa la firma en 1998 de la llamada Carta Magna en la Universidad de Bolonia, y las posteriores Declaración de la Sorbona y Declaración mundial sobre la Educación Superior, que confluyeron en la Declaración de Bolonia, de 1999, con la que se inicia la construcción del Espacio Europeo de Educación Superior. Los diferentes programas (ERASMUS, LINGUA y COMETT) puestos en marcha por la Comisión Europea afianzaron aquella vocación europeísta de las universidades, luego reforzada en los noventa con nuevos programas: TEMPUS PHARE y TACIS, y otros que apuntaban a los países del sur del Mediterráneo (MED-CAMPUS) y a América latina (ALFA).
Todas esas transformaciones produjeron la aparición de nuevas formas de relación entre las universidades, cambios en la gestión , así como la creación de nuevas y necesarias estructuras administrativas: oficinas de relaciones internacionales y para la transferencia de los resultados de investigación, o las de cooperación internacional al desarrollo, así como la transformación de los antiguos programas en otros con más ambiciosos horizontes: ERASMUS-MUNDUS o ERASMUS PLUS. Todo ello basado en la cooperación internacional, la interacción con el sector productivo, así como la innovación, la transferencia y la competitividad.
El profesor González Lodeiro cerró su discurso con las que, en su opinión, deben ser las líneas maestras que puedan conducirnos a una universidad de mayor calidad y más comprometida socialmente: capacidad de investigación e innovación para alcanzar una sociedad más desarrollada y de bienestar, basada en el conocimiento y el talento, tal como establece el documento «Europa 2020». La internacionalización basada en la colaboración entre los diversos modelos de universidades. El fomento de la formación de postgrado asociada a los departamentos de I+D+I+D de las industrias, empresas e instituciones públicas y privadas. La investigación, la transferencia, el emprendimiento y la creación de empresas de base tecnológica, que resultan esenciales para el progreso socioeconómico. Todo ello sin olvidar la autonomía universitaria, que nos permite la independencia del poder político; y la libertad de cátedra, que nos aleja del dogmatismo
