– El Parque de las Ciencias acerca al visitante a los misterios del cerebro.
El Parque de las Ciencias de Granada acerca desde hoy a los visitantes a los misterios del cerebro a través de talleres y actividades interactivas que profundizan en el conocimiento y las funciones de este órgano que rige la vida del ser humano.
La iniciativa, que concluirá el próximo domingo, se enmarca en la celebración conjunta, en 56 países, de la Semana Mundial del Cerebro, impulsada por la Alianza Dana para difundir la importancia de la investigación sobre este órgano, ha explicado hoy a los periodistas el director del Parque de las Ciencias, Ernesto Páramo.
La actividad, organizada en colaboración con el Instituto de Neurociencias Federico Olóriz de la Universidad de Granada, incluye cuatro talleres sobre anatomía y disección del cerebro, el movimiento, el sentido del tacto y los reflejos musculares.
Los talleres, impartidos por estudiantes de segundo y tercero de Medicina, incluyen actividades prácticas como la que evidencia, pulsando un aparato con intensidad cuyo resultado se refleja en forma de cardiograma en una pantalla, que la fuerza del hombre es muy limitada, a diferencia de lo que se cree habitualmente.
Un cerebro humano real y otro de oveja reflejan, en otro de los espacios del Parque, las diferencias de tamaño de este órgano entre personas y animales, aunque en ambos casos muestran una apariencia rugosa que es una forma de empaquetarlo para que al reducir su superficie quepa en el cráneo, ha explicado Páramo.
Aunque el peso real de un cerebro humano es de unos 1.400 gramos, el hecho que flote -las meninges lo rodean de agua- hace que se reduzca a unos 50 gramos.
Esta circunstancia también hace que en caso de golpe los efectos del impacto sean menores, ha explicado Francisco Vives, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y secretario del Instituto de Neurociencias Federico Olóriz.
La visita incluye una sala de percepción en la que se proponen experiencias que muestran cómo percibe la realidad el cerebro.
Entre ellas figuran las paradojas ópticas, que ponen de manifiesto cómo en la mayoría de las veces las ilusiones ópticas no desaparecen al darnos cuenta del error, o la pared engañosa, que hace que líneas horizontales parezcan inclinadas a causa de la rotura de esas líneas.
Adivina qué tocas, A qué huele, Casa distorsionada, Triángulo imposible y Persistencia de la visión son otros de los espacios que permiten descubrir cómo el cerebro percibe la realidad.
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