Al Qaeda sigue en España. «Está tocada y mucho más floja que años atrás», según fuentes policiales. Pero sigue en España. «Continúa siendo una amenaza con capacidad de atentar y provocar daños», matizan. Y la prueba de que se mantiene entre nosotros es que ayer mismo, en Valencia, la Guardia Civil detuvo a ‘el bibliotecario’ de Al Qaeda.
Le llamaban así dentro de la organización por la «ingente cantidad de información» que poseía sobre actividades terroristas relacionadas con el extremismo islámico. Responde, según la Benemérita, a las siglas M.H.A., es de nacionalidad saudí, pero nacido en Jordania. Este presunto terrorista ha sido acusado, tal y como hizo público el ministro del Interior, Jorge Fernández, de «administrar uno de los foros yihadistas más importantes del mundo que se dedicaba a la difusión de las actividades terroristas y el adoctrinamiento y captación de terroristas». Fernández no dudó en relacionar su caso con los hechos ocurridos la semana pasada en Francia al afirmar que, «para entendernos», estamos hablando de «que la formación de personas como Mohamed Merah, el asesino de Toulouse, se produjo a través de actuaciones como éstas».
M.H.A.había cumplido los dos requisitos para ser miembro de Al Qaeda, «jurar lealtad al emir de la organización (Ayman Al Zawahiri) y, habitualmente, viajar a Paquistán para recibir una formación», según cuenta a QUÉ! el profesor titular del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Granada, Javier Jordán, uno de los mayores expertos sobre terrorismo islámico de nuestro país.
No descartan otros ‘Merah’.
Jordán también cree, al igual que la Policía, que Al Qaeda en España «no está tan fuerte como hace años. En Europa, en general, está muy debilitada. El hecho de que los atentados de Toulouse se cometieran de una forma tan simple es un síntoma de falta de fuerza». Y lo explica por los controles que se hacen en los países de origen de los terroristas y por las continuas detenciones aquí. Aun así, el experto no descarta que «se sigan dando casos como el de Merah, aunque en España es menos probable porque el modelo de integración ha funcionado mejor que en Francia». Tanto Jordán como las fuentes policiales consultadas coinciden también en expresar la idea de que «aunque no hemos tenido un caso de un miembro de la segunda generación de inmigrantes que acoge el ‘yihadismo’ y asesina a otras personas, no es menos cierto que ya hemos sufrido atentados de personas que llevaban mucho tiempo en nuestro país y que conocían profundamente las ventajas de la sociedad del bienestar y la democracia».
LA POLICÍA, TRAS LA PISTA DE SEIS ‘YIHADISTAS’
Son los seis presuntos implicados en actos terroristas de la Yihad más buscados por la Policía en España y todos ellos forman parte de la ‘división’ de Al Qaeda en el Magreb. Algunos, como Abdelah Hawari o Mohamed Keussabi, están acusados de formar parte de la célula terrorista que fue desarticulada pocos meses antes de que intentaran poner una carga explosiva de gran potencia en la puerta de la Audiencia Nacional. Los investigadores aseguraron más tarde que «hubiesen volado todo el edificio». Todos realizaban labores de captación de otros miembros en Villarreal, Pamplona, Barcelona o Madrid, entre otras ciudades. Además, formaban parte de la red de financiación de Al Qaeda con transferencias desde países como Nigeria, Argelia, Chad o Senegal.
Llama la atención que todos ellos son argelinos. Según Javier Jordán, esto se puede explicar porque «las redes de este país se implantaron en España en los años 90 a través de células como el ‘Grupo Salafista para la Liberación y el Combate’».