– La necrópolis de la Ronda Sur será consagrada como cementerio judío
Los 117 restos óseos serán enterrados bajo la supervisión de un rabino
Los restos óseos de origen judío encontrados en la Ronda Sur durante la excavación arqueológica serán reenterrados en el enclave donde aparecieron en una parcela situada entre los depósitos de agua de La Calzada y la Ronda Sur. Este es el compromiso alcanzado por el Ayuntamiento y que será ratificado mediante un protocolo de intenciones que rubricará –tras el acuerdo plenario- con la Federación Española de Comunidades Judías. De este modo, los restos de los 117 cuerpos conservados serán enterrados de nuevo en una parcela de 1.200 metros cuadrados.
El acuerdo entre ambas partes contempla la búsqueda de recursos económicos para el acondicionamiento de los terrenos, que son propiedad de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, y su calificación en el Plan General de Ordenación Urbana como yacimiento arqueológico. La reinhumación de los cuerpos se realizará bajo el rito hebreo con la tutela de un rabino.
Los restos fueron encontrados en octubre de 2006 durante las obras de construcción de la Ronda Sur. La excavación arqueológica posterior, que ha tenido un coste de 100.000 euros, halló una lápida judía datada entre los siglos VIII y IX después de Cristo, segunda encontrada en la provincia tras la aparecida también en Lucena en los años 50. El estudio del profesor Jordi Casanova ha permitido conocer la inscripción que aparece en la lápida, que dice: Rabí Lastosus duerma / En paz y sea su descanso en paz / hasta que venga el Consolador / que anuncia la paz / en la puerta de Salem, / la paz. Y dígasele, / sea su lecho en paz.
El yacimiento se compone de 346 estructuras de enterramientos donde se han hallado 117 restos humanos conservados. El análisis de los restos, en el que han participado la Universidad de Granada y el CSIC del Zaidin de Granada además del personal de la Delegación de Patrimonio Histórico, ha desvelado datos como el ritual de inhumación en orientación constante de Este a Oeste, la adaptación de cada fosa a la pendiente natural y sin alterar la topografía natural del cerro, la ausencia de ajuar personal ni de amortajamiento en los difuntos, los diferentes grados de concentración de tumbas, probablemente a consecuencia de la afinidad cultural, étnica o familiar, o la mayor presencia, en un porcentaje de 60 a 40%, de enterramientos de mujeres sobre enterramientos masculinos.
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