68455 La Universidad de Granada (UGR), en España, analizó cómo influye el consumo de chocolate en los niveles de grasa. Este trabajo, publicado en la revista Nutrition, desmonta la vieja creencia de que comer chocolate engorda.
Los resultados, en el que participaron adolescentes de entre 12 y 17 años, mostraron que un mayor consumo de chocolate se asoció con niveles más bajos de grasa total y central, según lo estimado por el índice de masa corporal (IMC); destacando que estos datos fueron independientes del sexo, la edad, la madurez sexual, la ingesta energética total, ingesta de grasas saturadas, fruta y verdura, el consumo de té y café, y la actividad física de los participantes.
Magdalena Cuenca García, autora principal, señala que aunque el chocolate está considerado como un alimento de alto aporte energético (rico en azúcares y grasas saturadas), «recientes estudios realizados en adultos sugieren que su consumo se asocia con un menor riesgo de trastornos cardiometabólicos». De hecho, apunta, el chocolate es un alimento rico en flavonoides (especialmente catequinas), que proporcionan múltiples propiedades saludables: «Es un gran antioxidante, anti-trombótico y anti-inflamatorio, tiene efectos anti-hipertensivos y puede ayudar a prevenir la cardiopatía isquémica».
Asimismo, otro estudio transversal desarrollado en adultos por la Universidad de California (EU) observó que una mayor frecuencia en el consumo de chocolate también se asocia con un IMC. Además, estas cifras se confirmaron en un estudio longitudinal en mujeres que siguieron una dieta rica en catequinas. Según los expertos, este efecto podría deberse, a la influencia de las catequinas sobre la producción de cortisol y la sensibilidad a la insulina; ambas relacionados con el sobrepeso y la obesidad, destacando que el impacto biológico de los alimentos no debe ser evaluado solo en términos calóricos.
Con todo, los investigadores insisten en la necesidad de ser moderados en el consumo de chocolate. «En cantidades moderadas, el chocolate puede ser bueno. Pero un consumo excesivo resulta, sin duda, perjudicial».
