003-2014 Un estudio reveló que la luz intermitente y el color amarillo de los semáforos no tienen un efecto disuasorio sobre los peatones a la hora de cruzar, como se supone que es su misión.
MADRID, España, 21 Ene. 2014.- Cuando se cumplen cien años desde que se colocara el primer semáforo eléctrico para regular el tráfico de las ciudades, por vez primera parece que un estudio confirma lo que todos sabemos: que el color amarillo no tiene el efecto disuasorio con el que nació.
La alternancia del rojo, amarillo y verde se pudo ver por primera vez en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos) y desde entonces estas tres luces no son percibidas igual por todos los que convivimos con este invento.
De hecho, un estudio revela que la luz intermitente y el color amarillo de los semáforos no tienen un efecto disuasorio sobre los peatones a la hora de cruzar, como se supone que es su misión.
Los investigadores de la Universidad de Granada, al sur de España, demuestran que solo en las fases en que está verde o rojo, las llamadas fases mandatarias, los transeúntes reciben un mensaje claro y seguro.
En una prueba realizada entre 247 participantes, en su mayoría con el permiso de manejo en sus manos, descubrieron resultados curiosos, como que muchos usuarios no conocen o no entienden más bien, qué quiere comunicar la luz intermitente de un semáforo.
Mientras que sí tienen claro que el verde y el rojo dan órdenes concretas fáciles de respetar y entender.
Pero sí atienden a otro tipo de alertas por ejemplo las de un indicador de tiempo que indique los segundos de que dispone para que el semáforo cambie de rojo a verde o viceversa, o también un formato parecido al de un reloj de arena.
En ambos casos, los peatones están más alerta lo que crea entornos más seguros y amigables dentro del caos de una gran urbe.
Y en el dominio público queda (sin que haya ningún estudio de momento que lo avale) que el que va manejando su auto, tampoco parece percibir el color ámbar intermitente de este dispositivo de regulación de tráfico, o al menos mucho caso no le hace.
Y es que pese a la veteranía con la que ya cuentan los semáforos parece que no acaban de acertar y no siempre funcionan al gusto de todos.
De hecho, apenas el 9% de los españoles está contento con el actual funcionamiento de esta maquinaria y el 22% cree que están pensados y programados para incomodarles más que para ayudarles.
Debe ser por esta creencia popular que es por lo que el 22% de los peatones cruza la calle si no hay tráfico pese a que el semáforo esté en rojo para ellos, algo que también ocurre con las bicicletas ya que el 11% de los que van a dos ruedas incumplen las normas.
Y si no que se lo digan al ciclista que ha sido multado en Cataluña, al norte del país por ir hablando con su celular mientras circulaba.
Lo que le ha supuesto una multa de unos 3,400 pesos, que tendrá que abonar a la dirección general de Tráfico y es que los agentes no perdonan y hasta los peatones pueden ser amonestados si incumplen las normas.
Yolanda Fernández