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Conozca la historia de DNA proKids: la iniciativa que lucha en contra del tráfico de niños en el mundo

Actualmente en el mundo y según cifras oficiales, más de 3 millones de personas son traficados como mercancía, de las cuales un 90% de ellas son niñas y adolescentes. Lamentablemente, este es el segundo negocio más lucrativo en el mundo, incluso antes que el tráfico de armas. Esta situación que ya escapa de las manos de los gobiernos estatales, sin embargo, cuenta con personas que dedican su vida a erradicar este mal: este es el caso de José Lorente.

Tal vez muchos no recuerden su nombre pero sí uno de sus trabajos: él es uno de los especialistas en ADN que vino desde España para guiar los estudios de la exhumación del Libertador, Simón Bolívar. Pero no fue precisamente por esto que conversó en exclusiva con Noticias24, sino por un motivo incluso mayor y que lleva desarrollando desde el año 2006 que ya ha traído alegrías a miles de familias en el mundo.

El comienzo: la realidad de la compra y venta de seres humanos

Recorriendo un día cualquiera, en uno de sus viajes, las calles de un país asiático, Lorente no pudo evitar observar la cantidad de niños que deambulaban por las aceras sin rumbo. Su pregunta era entonces obvia ¿quiénes son estos niños y dónde están sus padres? «No se sabe», fue lo único que pudieron contestarle aquellos que estaban con él.

Y es que justo delante de nuestros ojos una realidad oscura y cruel se desarrolla sin ser divisada: cientos de mafias transnacionales se lucran de un modo perverso con seres humanos, vendiéndolos como objetos en un planeta donde hasta estar acompañado de paga con dinero.

Desde hace años distintas organizaciones no gubernamentales y organizaciones multilaterales han unido esfuerzos para poder dar con lo líderes que se dedican a secuestrar, engañar o comprar niños y niñas para utilizarlos en trabajos forzosos en otros países o incluso para prostituirlos en burdeles que algunos con mucho dinero y poca moral humana son capaces de comprar.

Incluso, muchos son los casos de trata de niños para la adopción ilegal, algo que aún hoy no ha podido ser resuelto, muchas veces, por la falta de financiación para que las autoridades actúen. Algo irónico, muchas veces se gasta más en armas que solo traen miseria, y poco se invierte en salvar a los que muchos dicen son el futuro de un país.

DNA proKids: la idea del millón de esperanzas

Para todos es familiar el concepto de la alerta «ámbar». Un sistema utilizado internacionalmente para advertir la desaparición de un menor de edad. Con este método, las autoridades se movilizan y lanzan incluso fotografías de los niños con la esperanza de que un mundo globalizado ayude a localizarlos

Sin embargo, este hombre español profesor de la Universidad de Granada, tras esa respuesta, se le ocurrió una fórmula que ayudaría a acabar con el problema desde su origen.

«Yo pensé que si lográbamos hacer un análisis comparativo de ADN entre las familias que buscaban a sus pequeños y los niños que muchas veces se encontraban perdidos, el problema se podría solucionar», dijo a Noticias24 durante una entrevista.

No tenía pocos motivos para creer esto. Muchas veces, el trabajo de las autoridades cuando resulta exitoso se tranca en un punto fundamental: la reunificación de los niños con su familia. La situación real es que las mafias casi nunca mantienen a los niños en su zona de origen, sino que los trasladan miles de kilómetros más allá de sus casas y una vez rescatados, difícilmente pueden volver a sus hogares.

«Las situaciones de mendicidad, adopciones ilegales y explotación sexual básicamente tienen un principio y es que es muy difícil demostrar el origen del menor (…) muchas veces y en muchos países el interés que tiene la policía es muy limitado porque no saben después qué hacer con ellos», explicó.

Es en este punto donde Lorente decidió crear DNA proKids, un sistema creado para acabar con este mal desde la raíz; un sistema que ya ha salvado a cientos y que miles agradecen.

El funcionamiento: un sistema completamente gratuito para los Gobiernos que lo pidan

Para Lorente, quien además en su voz mostraba una emoción indescriptible cuando explicaba el proyecto, la identificación a través del ADN es lo más efectivo para evitar adopciones ilegales y falsificación de documentos y prohibir así la salida de miles de niños de las fronteras.

Sin embargo, es sabido por todos que este tipo de estudios son bastante costosos y es por eso que el profesor quiso dejar algo muy claro: el costo para aquellos países que lo soliciten es «cero».

«Nosotros estamos ayudando desde el programa DNA proKids a que los países que puedan tener este tipo de problemas puedan poner en marcha su propia base de datos; nosotros no controlamos todos los datos, solo damos los materiales y medios necesarios a cada país».

Según informó, lo primero que ofrecen son una serie de «kits» que contienen lo necesario para hacer el análisis de ADN. Estos, se envían a las autoridades correspondientes de cada país para que a las familias que hayan denunciado una desaparición se les pueda tomar una muestra, por lo general bucal, y así tenerlo en una base de datos. Esta, luego será comparada con el ADN del menor encontrado para verificar si este es la persona que tanto han estado buscando.

«Se puede hacer en el propio país si tiene los medios o se pueden enviar a Granada y se ayuda desde ahí», explicó. «Es completamente gratuito. Captamos dinero de fundaciones de grandes empresas para financiar el proyecto y gracias a Dios hemos tenido el apoyo del Gobierno de España y empresas españolas», además del esfuerzo conjunto de la Universidad de Texas.

Y cuando dice gratuito se refiere a todo, ya que ninguna de las personas que trabaja en este programa humanitario de la Universidad de Granada cobra por su tiempo o experiencia. Cada uno de ellos tiene un trabajo anterior que les permite entonces utilizar todos los recursos para los países que así lo pidan.

Los casos exitosos y la propuesta para Venezuela

El primer caso que Lorente recuerda sucedió en Guatemala en el año 2007 cuando a través de un estudio de ADN se logró frustrar un intento de adopción ilegal. Otro, mucho más reciente, es un caso ocurrido a principios del presente año en Indonesia, cuando una una niña que había desaparecido por la tragedia del Tsunami pudo rencontrarse con su madre.

«Los padres siguen buscándolos siempre», dijo Lorente asegurando que incluso cuando los que eran niños se convierten en adultos, las familias no cesan en su lucha. Y ahora la pregunta sería ¿cuántos casos exitosos no podría haber en Venezuela, por ejemplo, con la cantidad de niños desaparecidos tras la tragedia de Vargas?

Y justamente este punto ya lo había planteado Lorente cuando viajó a nuestro país para estudiar la exhumación de Bolívar: «La iniciativa se le planteó directamente al vicepresidente Elías Jaua e incluso en una conversación muy breve con el Prmesidente y ambos se comprometieron a impulsarla».

De hecho, pasaron el convenio para ponerlo en marcha en la procuraduría, pero, tal y como explicó el profesor, «la situación es compleja en año electoral».

Las cifras: 1 niño salvado es un logro y 600 mucho más

«Aproximadamente 600 niños ya han sido identificados y reunificados con sus familias y se han tomado 4.500 muestras los 16 países donde el proyecto está en marcha y esto va creciendo a un ritmo cada vez mayor», aseguró Lorente. De hecho, la proyección es que las bases de datos logren trascender fronteras para poder ubicar a los menores que han sido víctimas del tráfico hacia otros países, aunque este proceso de desarrollo aún tomará su tiempo.

«Cada país ahora está generando sus bases de datos y en casos puntuales sí se han interconectado y técnicamente es muy fácil de hacer, pero tiene una serie de limitaciones de tipo legal».

Pero si observamos que a medida que esto se escribe miles de niños son separados de sus padres, abandonados, vendidos y engañados para convertirse en la presa fácil de algunos con dinero, ninguna limitación para ayudarlos es aceptable. Lo positivo, es que este tipo de héroes poco visibles aún recuerdan a cada uno de los pequeños que sufren mientras el mundo sigue dejándolos en el olvido. Como José Lorente, hay millones que aún tienen la esperanza de que un día el dinero usado para el mal no pueda más que la humanidad y que los niños puedan convertirse en el futuro de un mundo que la mayoría desea, pero que unos pocos prohíben.

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