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El cardenal de la República Dominicana tiene la «clave» de la concesión de los permisos para exhumar los restos de Colón

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El cardenal de la República Dominicana tiene la clave de la concesión de los permisos para exhumar los restos de Colón
SEVILLA, 29 (EUROPA PRESS)

El historiador y genealogista Marcial Castro Sánchez, uno de los primeros investigadores de los que partió la idea de exhumar los restos de Cristóbal Colón para averiguar dónde se encuentran éstos realmente, si en Sevilla o en Santo Domingo, señaló que quien tiene la clave para la concesión de los permisos para exhumar los restos de Colón de la República Dominicana, es el cardenal Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez.

En declaraciones a Europa Press, Publicidad

Castro Sánchez aseguró que las autoridades civiles van a tener muy en cuenta, sobre todo, lo que digan las autoridades religiosas y la última palabra la tendrá el cardenal.

El investigador andaluz aseguró que, cuando estuvieron anteriormente en la República Dominicana, la Iglesia suscribió un documento en el que recomendaba a las autoridades prudencia y esperar a ver qué sucedía con los análisis de los restos exhumados en España. Ante esto, aseguró, lo que hizo el Gobierno fue aceptar las condiciones de la Iglesia y esperar para no tener ningún criterio diferente con ella –que, aunque no se oponía al proceso, recomendaba la cautela–.

La Iglesia Dominicana señaló en su momento otra serie de condiciones, como que se incluyese en la investigación científica a personalidades de otros países –aparte de los propuestos por los españoles, que, según Castro, son los mejores del mundo en la materia– y que los españoles estuvieran al margen y fuera neutrales en la investigación. Lo cual es imposible –declaró el historiador y genealogista– porque nosotros ya estamos haciendo los análisis aquí y ya somos parte, somos los que hemos puesto en marcha el proyecto, hemos conseguido los permisos y sería una lástima dejarlo.

Sobre esta última cuestión, Castro comentó que lo han entendido perfectamente, les hemos mostrado nuestra imparcialidad y hemos aceptado su propuesta sobre incluir otros investigadores, por lo que ahora lo que están esperando es el último requisito, que es ver qué pasa con los análisis españoles.

Castro Sánchez aseguró que en cuanto se sepan los resultados de los análisis españoles, que se están gestionando en las universidades de Sevilla, Granada, Santiago de Compostela, Barcelona, Roma (Italia), Laipzig (Alemania), el FBI de los Estados Unidos, así como de las empresas de genética Promega y Applied Biosystem, los guardaremos y continuaremos hablando con los dominicanos hasta que nos den los permisos.

En cuanto a cómo van los resultados de los análisis que se están realizando en España, el investigador andaluz no quiso dar detalles porque todavía están en curso, aún no se encuentran al cien por cien y hay que contrastarlos con los datos que se obtengan en los demás países que están investigando.

Nuestra intención –aseguró– es tener los resultados a finales de este año, para que todos los historiadores que están haciendo sus trabajos y estudios con motivo del 500 aniversario de la muerte de Colón, en mayo de 2006, puedan tenerlos listos para esa fecha.

POLEMICA SOBRE LOS RESTOS

La polémica sobre dónde se encuentran los restos de Cristóbal Colón, fallecido en Valladolid en 1506, reside en que sus restos viajaron por diferentes partes del mundo desde que, en 1509, fueran exhumados de la cartuja de Santa María de las Cuevas (Sevilla) hasta la catedral de Santo Domingo, cediéndolos posteriormente a Francia, La Habana y, finalmente, a la catedral de Sevilla.

Las dudas sobre la autenticidad de los restos arrancan en 1877, cuando unas obras en la catedral de Santo Domingo sacaron a la luz una pequeña caja de plomo con la inscripción Ilustre y esclarecido varón don Cristóbal Colón, en cuyo interior había 13 fragmentos grandes de huesos, 28 más pequeños y una bala de plomo.

Las autoridades dominicanas se apresuraron a declarar que aquellos eran los auténticos restos de Colón y sostuvieron que los españoles se debieron llevar en 1795 por error los huesos de algún pariente próximo.

Tal es la importancia que para los dominicanos tienen estos restos que en 1992 el entonces presidente de la República, Joaquín Balaguer, inauguró el Faro a Colón, una enorme construcción de hormigón y mármol –210 metros de largo por 60 de ancho y 31 de alto– iniciada en 1989 y cuyo proyecto de construcción se remonta a 1931.

En este edificio, que visto desde el aire forma una enorme cruz –por la noche se ilumina y proyecta en el cielo un potente haz de luz en forma de cruz–, se encuentra el mausoleo con los restos, según sostienen los dominicanos, del descubridor, previamente extraídos de la iglesia de la Catedral de Santo Domingo.

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