Muchas de nosotras lo hemos gritado a los cuatro vientos: ¡todos los hombres son unos mentirosos! Pero ahora tendrás una forma de comprobarlo y es que su nariz no crece como la de Pinocho, pero si cambia de temperatura.
Definitivamente no es cierto que todos los hombres sean unos mentirosos empedernidos, pero si es verdad que una buena parte se vale del engaño para conseguir sus objetivos. Y es que en algún momento todas hemos querido tener con nosotras un detector de mentiras para determinar si él dice la verdad, pero ahora un nuevo estudio llevado a cabo por científicos del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, demuestra que descubrirlo es tan fácil como tocar su nariz.
El grupo de investigadores determinó a través de termografías para medir los niveles de temperatura del cuerpo, que cuando realizamos un gran esfuerzo mental, como el que se requiere al mentir,la temperatura de nuestro rostro puede descender, mientras que si nos encontramos en un estado de ansiedad, la temperatura facial aumenta, sintiéndose particularmente en la zona de la nariz, a este fenómeno lo han llamado «el efecto Pinocho».
Y aunque este nuevo descubrimiento resulta innovador no es lo único que sabemos acerca de las reacciones de nuestro cuerpo ante las mentiras. Cuando mentimos además solemos tocar nuestros rostro más de lo habitual, exagerar los gestos con las manos, evitar o esquivar el contacto visual y repetir de forma insistente varias veces la misma oración o aseveración con el fin de enfatizar que lo que decimos es cierto. A esto se le conoce como lenguaje corporal, algo que resulta casi infalible.
Por eso chicas muy atentas, y es que si quieres saber que tan honesto es él no hay nada mejor que observarle y tocarle cuando nos cuenta algo de cuya veracidad dudamos. En esta ocasión la ciencia está a nuestro favor así que ¡a aprovecharlo!