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Reivindican escuelas públicas diferenciadas por sexo

Cada sexo tiene un ritmo para el aprendizaje y es necesaria una respuesta pedagógica diferenciada para exprimir al máximo las capacidades de cada uno. Esa es la filosofía en la que se sustenta una corriente que reivindica escuelas públicas con educación separada por sexos. «Detrás no hay ninguna idea religiosa o moral. Se trata de adaptar la forma de educar a la persona, igual como se adapta para los superdotados», aclaró el coordinador en Málaga de la Asociación Europea de Centros de Educación Diferenciada (Easse), Jacobo Fernández.

Desde la organización se insiste en que esta opción pedagógica no es discriminatoria sino que atiende a las características de aprendizaje de cada sexo. «No tiene nada que ver con la educación antigua en la que a las niñas se las preparaba para ser amas de casa y a los niños para trabajar», insistió Fernández.

Tras reivindicar que este modelo se permita en la escuela pública como una alternativa pedagógica que coexista con la educación mixta, los representantes de la Easse advirtieron que en este último sistema «no hay igualdad de oportunidades porque hay más fracaso escolar en niños que en niñas». Y dieron datos. Según el catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Granada, Manuel Gurpegui, en Andalucía en la escuela pública sólo el 58,6% de los varones terminan la ESO frente al 73,4% de las chicas. En centros de educación diferenciada, ese porcentaje se eleva a 96% y 99%, respectivamente.

La asociación recuerda que ya el Informe Pisa-España recomendaba hacer estudios para descifrar las causas de esa brecha entre sexos. Desde Easse se apunta a la existencia de un «dimorfismo sexual cerebral» que hay que atender para garantizar el éxito del aprendizaje. Los defensores de la educación diferenciada reclaman que este modelo se añada como una opción a la actual co-educación. «¿Por qué [los alumnos] tienen que acudir a un colegio privado que además es religioso?», se preguntó Fernández.

En Andalucía, la educación diferenciada sólo existe en centros privados no concertados. En el Reino Unido, en cambio, el 12% de la educación financiada por el Estado es diferenciada, según apuntó la directora de la Girls’s Schools Association, Sheila Cooper. «Esta es la nueva forma de educar», insistió. La idea de sus impulsores no es que sustituya a la educación mixta en los centros públicos, sino que sea complementaria de ésta a fin de que los padres tengan la opción de elegir la formación para sus hijos, como proclama el artículo 27 de la Constitución. Además, recordaron que la Convención de la Unesco contra la Discriminación no consideraba que la enseñanza separada por sexos fuera discriminatoria.

Fernández intentó limpiar la corriente de cualquier sospecha de vinculación a un ideario religioso o moral y apuntó que la educación diferenciada ha sido promovida en otros países europeos por socialistas y ecologistas. Cooper, por su parte, apuntó que en la educación diferenciada las chicas eligen más asuntos de ciencias e ingenierías y los chicos escogen más carreras de arte o letras porque «se sienten libres de los estereotipos de género».

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