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El bilingüismo no sólo ayuda a los niños en el colegio sino que para todos es la antítesis del racismo y la exclusión

Los niños bilingües desarrollan sus habilidades mentales más que los monolingües porque tienen un tipo de memoria denominada «memoria de trabajo», que se encarga de los procesos de almacenamiento temporal de la información, su articulación y la manera de actualizarlos. Esas cualidades les ayudan a realizar operaciones mentales o comprensión de la lectura mejor que a los monolingües 

Un estudio realizado por la Universidad de Granada en colaboración con la Universidad de York, de Toronto (Canadá), ha demostrado que los niños bilingües tienen ventajas con que no cuentan los monolingües de parecida o la misma inteligencia o cociente de inteligencia (IQ).

La memoria de trabajo es fundamental en la ejecución de un sinnúmero de actividades como, por ejemplo, realizar cálculos mentales (ya que necesitamos mantener los números retenidos o almacenados en la memoria para operar con ellos al final) o en la comprensión de lo que leen porque relacionan sin esfuerzo aparente los conceptos que van apareciendo a lo largo de un texto).

El objetivo de esta investigación, publicada en la revista Journal of Experimental Child Psychology, ha sido, por un lado, evaluar el por qué el hecho de emplear varios idiomas influye sobre el desarrollo de esa «memoria de trabajo» y por otro, explorar el papel que esta tiene en la superioridad cognitiva de los bilingües respecto a los monolingües.

«Funciones ejecutivas», el poder de autorregulación casi misterioso de los niños

La memoria de trabajo engloba las estructuras relacionadas no solo con la retención temporal de lo aprendido en una o varias lecciones sino en la puesta al día de dicha información.

Es uno de los componentes de las denominadas «funciones ejecutivas» que comprenden un conjunto de mecanismos que se encargan de la planificación y autorregulación de la conducta humana. Se trata de una capacidad aparentemente innata, pero que se va desarrollando en los primeros años de la vida aunque está demostrado que puede entrenarse y mejorar mucho después a base de experiencia.

La autora principal de este ensayo, la doctora Julia Morales Castillo, del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, destaca en una nota de prensa de la UGR que este análisis ayuda a comprender el desarrollo cognitivo de los niños bilingües y monolingües. Ella opta por el bi o plurilingüismo.

«Otros estudios han demostrado que los niños bilingües son más hábiles en tareas de planificación y control cognitivo (por ejemplo, tareas que implican ignorar y descartar mentalmente información irrelevante o controlar respuestas eficaces), pero hasta la fecha no existían claras evidencias sobre la influencia del bilingüismo en la memoria de trabajo».

Los niños bilingües que participaron en esta investigación (tenían entre 5 y 7 años de edad), un período crítico en el desarrollo de este tipo de memoria, y realizaron mucho mejor que los monolingües las tareas que implicaban memoria de trabajo y, lo que es más importante, esta ventaja fue mayor cuanto mayores eran las exigencias de otras funciones cognitivas.

«Estos resultados nos indican que la experiencia bilingüe no mejora el funcionamiento de la memoria de trabajo de forma aislada, sino que influye de forma global en el desarrollo de las funciones ejecutivas, criterio e independencia, especialmente cuando éstas tienen que interactuar entre sí», explica Morales Castillo.

Los bilingües destacan en la educación musical y parece que tienen mejor oído que los monolingües aunque no sea así

Por otro lado, los resultados de este trabajo «contribuyen al mayor conocimiento del creciente número de investigaciones existentes sobre el papel de la experiencia infantil en el desarrollo cognitivo», en palabras de la investigadora.

Estudios previos han mostrado que los niños que realizan actividades como, por ejemplo, la educación musical, muestran grandes ventajas en determinadas capacidades de aprender asimilando. Son capaces de captar un tono musical mucho más rápidamente, aunque en teoría tengan peor oído para la música.

«No obstante, no es posible explicar hasta qué punto realizan esas actividades gracias a otros factores como el interés», añade Morales.

«Sin embargo, los bilingües de nuestro estudio lo eran simplemente por circunstancias familiares, y no porque tuvieran ellos o sus padres una especial preferencia por los idiomas aunque los hablaran. Este hecho aporta una fuerte evidencia acerca del papel de la experiencia en el hogar de la modulación del desarrollo cognitivo en los niños».

Son diversos los estudios de psicólogos, pedagogos, lingüistas, psicolingüistas y neurólogos que han observado el fenómeno del bilingüismo según sus diversos puntos de vista y sus especialidades. Y aunque algunos están a favor y otros en contra de la enseñanza bilingüe, autores como Penfield, Seeman y Pichon señalan que es importante favorecer la enseñanza temprana en dos lenguas y aprovechar las posibilidades de los niños para la adquisición de dos o más sistemas lingüísticos. Desde 1928, fecha en que se efectuó el Primer Congreso Internacional de Bilingüismo en la ciudad de Luxemburgo, los especialistas en el tema han insistido en enriquecer la reflexión y la discusión del mismo en el contexto de la educación.

Pero desde el año 1928 con la subida de Hitler al poder y la conquista de Abisinia por Mussolini cualquier teoría de bilingüismo iba a parar a Auschwitz. Todos los dictadores no permitían las lenguas extranjeras fueran internacionales o fueran nacionales (o indígenas).

Los bilingües que estaban en algún ejército y no digamos los judíos aunque hubieran nacido en Alemania o Austria eran perseguidos por Himmler, la GESTAPO u otros cuerpos represivos. Los bilingües sólo servían para espías incluidos los anglos que hablaban cualquier otra lengua. Eso trajo consigo no sólo la persecución sino las leyendas urbanas respecto al bilingüismo. Incluso los lingüistas tenían puntos de vista opuestos que aquí recogemos. Pero ya a partir no del fin de la guerra sino de los años 60 vino otra nueva generación de científicos y lingüistas que empezaron a defender a los bi o plurilingües.

Desde los años de 1970, en el contexto de la Psicolingüística, se ha observado un interés particular por el estudio de la conciencia lingüística y sus efectos en el desarrollo lingüístico y cognitivo del alumno bilingüe. Son ya numerosos investigadores y especialistas que piensan que el bilingüismo favorece esta conciencia lingüística y por consecuencia el desarrollo lingüístico y cognitivo.

Cabe señalar, que la diversidad de lenguas y culturas se considera como una riqueza invalorable, y cada lengua posee una manera particular de concebir el mundo y es producto de su historia propia. Además, todas las lenguas tienen una identidad y un valor pertinente en tanto que modo de expresión para las personas que las hablan. Sabemos también, gracias a estudios comparativos entre las velocidades de aprendizaje de la palabra en los niños, que ninguna lengua es intrínsecamente más difícil de aprender que otra.

Ahora sin embargo, desde el 11S se da otro fenómeno inverso que es la persecución de las lenguas árabes sin distinción y se persigue a los supuestos yahidistas como si todos los que procesan religiones islámicas fueran terroristas.

La televisión y los medios de comunicación han hecho en este sentido una labor deplorable para las culturas y la historia de los pueblos que no sean anglosajones o de religión cristiana.

Según Claude Hagène (1996:80), el bilingüismo debería iniciar con la escuela maternal con el objeto de aprovechar las capacidades cognitivas ilimitadas del niño. La segunda lengua debería enseñarse en una situación de inmersión (dos horas por día) de manera natural y como un instrumento de comunicación.

Hoy día, hay tres lenguas que son casi obligatorias para todos y son el inglés, el castellano y el chino pero las lenguas vernáculas o indígenas se están olvidando

Numerosos investigadores como Bain (1974), Cummis (1976), Tunmer y Myhill (1984) piensan que el bilingüismo es un factor que favorece la consciencia lingüística y, en consecuencia, el desarrollo lingüístico. Dichos psicolingüistas sugieren que los individuos bilingües poseen una flexibilidad cognitiva superior a aquella de los monolingües, esto puede comprobarse no tanto con los tests de inteligencia sino los de formación conceptual, de razonamiento global, de conocimientos y reflexión, de resolución de problemas, de sistemas abstractos y simbólicos como lo son los lingüísticos.

Hagège afirma que gracias a la conciencia lingüística, el bilingüismo precoz facilita el aprendizaje posterior de otras lenguas. En esta perspectiva Duverger cree que «el bilingüismo y la enseñanza bilingüe desarrollan capacidades de abstracción (distinción entre significado y significante), interacción entre las capacidades lingüísticas y culturales, competencia en el tratamiento de la información, percepción más vasta y fina en la capacidad de escuchar y de poner atención, desarrollo de cualidades de adaptación y de creatividad y un criterio más abierto y divergente».

Toda esta serie de capacidades metalingüísticas favorecen sin duda otras disciplinas escolares y permiten al individuo bilingüe comparar y conceptualizar dos sistemas lingüísticos, lo cual también beneficia el desarrollo de su lengua materna. Con lo anterior es factible afirmar que los niños bilingües tienen más desarrolladas las habilidades de abstracción, de simbolismo y de lógica que un niño monolingüe. No se trata de una actitud innata, sino una ventaja adquirida por el bilingüismo, el cual les permite profundizar dos culturas y comunicarse mejor con otras más.

Para la adquisición de una o más lenguas por la gramática ya lo decía uno de los padres de la Didáctica, J. A. Comennius en 1657 que «se debe aprender cada lengua en por separado y evidentemente en primer lugar aprenderse bien la lengua materna y después una segunda lengua».

No obstante que existen serias investigaciones en el campo del bilingüismo, dentro del sistema educativo norteamericano, por ejemplo, se percibe una tendencia a no incluir las lenguas indígenas del propio país y las lenguas extranjeras en el currículum escolar desde la etapa de formación inicial. Esto no favorece el desarrollo integral de los educandos y genera una serie de mitos y estereotipos en la formación de individuos bilingües.

A los niños bilingües hay que guiarlos a construir sus aprendizajes y adquisiciones positivamente, porque estos determinarán sus capacidades de comprender, interactuar, comunicar, intercambiar, experimentar, organizar y elaborar juicios. Vygotsky señala que la relación entre el niño en la escuela y su pensamiento determina el desarrollo cognitivo.

En lo que se refiere a lo psicogenético, existen experiencias de niños que han vivido en una familia unilingüe y que repentinamente se integran en una escuela donde se habla una lengua diferente a la de su contexto familiar. Y en el mundo actual esto se da a diario. Este proceso se vive con expulsión real o imaginaria de su mundo y los niños corren el riesgo de tener efectos negativos en el aprendizaje y desenvolvimiento de la segunda lengua en la escuela: bloqueos, rechazos, ensimismamiento, timidez, dificultades de aprendizaje y comunicación pero es cada vez menos frecuente.

Cuando los niños escolarizados desde el nivel maternal viven esta experiencia se percibe una ruptura lingüística e inclusive familiar, lo cual es un riesgo para el desarrollo de su personalidad, aunque poco frecuente. Los niños se adaptan de forma casi mágica. Y los efectos negativos ni se detectan. Un sufrimiento lingüístico o una inseguridad lingüística en la competencia comunicativa es cosa de días o de semanas. En algunos casos se pueden señalar problemas de identidad y afectivos por motivos muchas veces religiosos.

Entre las propuestas pedagógicas factibles para solucionar algunos problemas, se pueden considerar las siguientes:

Desarrollar un bilingüismo simultáneo, situación donde el niño está expuesto a dos lenguas desde su nacimiento y aunque sus padres hablen dos lenguas diferentes, estas lenguas son lenguas escolares.

Desarrollar un bilingüismo diferido, cuando el niño habla una sola lengua en su casa y otra en la escuela, se debe ayudarle a valorar la segunda lengua para captar las explicaciones de los enseñantes. Para evitar rupturas, sufrimientos, miedo, abandono, falta de identidad, la escuela debe estar en contacto estrecho con la familia.

En el caso de un bilingüismo en individuos adultos, es habitual oír hablar que en el aprendizaje de una segunda lengua es ventajoso tener un profesor «nativo». Si bien es cierto que un «nativo» tiene el dominio perfecto de su lengua y el conocimiento de su cultura, difícilmente igualable por un no nativo que ha estudiado por años el idioma o vivido en el país extranjero. No siempre los «nativos» son los mejores profesores de su propia lengua. De hecho los mejores profesores son los bilingües, por tener un gran conocimiento de ambas lenguas y una mayor facilidad para orientar al aprendiz en el desarrollo de habilidades lingüísticas y comunicativas.

Los mitos sobre el bilingüismo que viene de siglos atrás se han ido convirtiendo en leyendas urbanas que le han hecho al bilingüismo una herida profunda

Son diversos los mitos que se han elaborado en cuanto al bilingüismo. Es una de la razones por las cuales es preciso reflexionar para entender el desarrollo cognitivo y lingüístico del bilingüe. Para la Psicología como para la Psicolingüística su campo de estudio es amplio y está vinculado con el pensamiento y el lenguaje. La Pedagogía de lenguas extranjeras permite también investigar sobre el lugar, el rol, los métodos pedagógicos idóneos del bilingüismo en el ámbito escolar. Sin embargo muchos de los mitos en torno a este tema prevalecen en el ámbito de los bilingües:

– El niño debe aprender una lengua correctamente primero, para poder aprender otra. (Improbable)

– Si aprende dos lenguas simultáneamente el niño se confunde y baja su inteligencia. (Superado, anacrónico, peligroso).

– Un niño que aprende dos lenguas no se sentirá seguro en alguna de ellas. (Irrealista)

– Un niño bilingüe tiene problemas de identidad y crecerá con el sentimiento de no pertenecer a ninguna de las culturas involucradas y de no ser aceptado por ninguna de ellas. (Ambientes más bien fanatizados).

– Los bilingües tienden a traducir de su lengua más frágil a la más fuerte. (Cierto, pero el niño lo hace simultáneamente, sin sentirlo apenas). Los niños bilingües al crecer son grandes traductores.

– Los bilingües verdaderos nunca mezclan las dos lenguas, lo que los hace linguales inciertos. (Si no las mezclan, no hay problema).

– Los bilingües asumen dos personalidades y actitudes características para cada una de las lenguas. (Casos casi patológicos o religiosos)

– La gente adulta no puede aprender una segunda lengua fácilmente. (Depende. El acento no se aprende de mayor)

– El aprendizaje del idioma se hace más fácil cuando la persona es más joven. (Casi cierto)

– El bilingüismo no molesta tanto como el biculturalismo. (Cierto)

– Estudiar idiomas aumenta el tamaño del cerebro. (Más bien la capacidad)

– Hablar habitualmente varias lenguas retrasa los síntomas de la demencia. (Casos de demencia senil, Alzheimer, Parkinson, etc…)

– El bilingüismo en familia mejora las capacidades cognitivas de los bebés. (Muy cierto)

El debate que se ha dado en muchos de las afirmaciones anteriores, se ha convertido muchas veces en leyendas urbanas de diferentes ambientes. Pero la consecuencia que esos mitos son de hecho el chivo expiatorio para todo tipo de causas políticas o político-religiosas que perjudican mucho al bilingüismo.

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