Los devastadores terremotos que han sacudido a la Tierra en los últimos meses, como el de Haití y Chile; y ayer en Taiwán y Colombia reflejan un incremento en la actividad sísmica del planeta.
Según el Servicio de Inspección Geológica de Estados Unidos (USGS), estos terremotos forman parte de un patrón constante que se ha visto desde 1900, cuando comenzaron los registros geológicos.
El informe de la USGS señala que los registros muestran que desde 1900 ha habido cada año en el mundo unos 18 terremotos «importantes» (con una magnitud de entre 7,0 y 7,9) y un «gran» terremoto (de magnitud 8,0 o mayor).
«No ha habido más terremotos en el mundo» dijo a BBC Ciencia el profesor Francisco Vidal Sánchez, sismólogo investigador del Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada.
«Los terremotos son procesos condicionados en el tiempo en cada zona y si vemos la distribución a escala global podríamos considerarlos como un proceso aleatorio», dijo. Lo que sí es un hecho, afirman los expertos, es que estos fenómenos son cada vez más devastadores. Pero no porque la Tierra se sacuda más, sino por el incremento en la densidad de población que vive en las zonas de riesgo.
Es decir, la percepción de que estos fenómenos están en aumento y que cada vez son más destructores se debe a que el público sólo se entera de los terremotos que devastan a zonas pobladas, como en el caso de Haití, Chile y Taiwán.
Y sin embargo el Centro Nacional de Información de Terremotos del USGS actualmente detecta entre 12 mil y 14 mil sismos cada año —unos 50 por día— y muchos de estos de grandes magnitudes.
Otro estudio señala que los efectos geológicos sobre la Tierra que dejó el terremoto de Chile se extendieron a la actividad volcánica.
De acuerdo con la edición en línea del diario ABC, el vulcanólogo David Pyle de la Universidad de Oxford aseguró que se espera un aumento en la actividad volcánica en los próximos 12 meses.
En el artículo publicado en Earth and Planetary Science Letters Pyle y su equipo descubrieron que tras los terremotos en Chile de 1906 y 1960 (con magnitudes de 8,3 y 9,5 respectivamente) la frecuencia de erupciones volcánicas de esos años se multiplicó por cuatro en un área de 500 kilómetros alrededor de los epicentros.
Algo que, según el científico, tiene muchas probabilidades de volver a ocurrir ahora.
Chile posee 123 volcanes activos, 60 de ellos con explosiones, incluidas dos de las más violentas en el continente, las de Villarrica y Llaima.
El diario recuerda que Charles Darwin fue uno de los primeros científicos que se atrevió a sugerir esa clase de relación entre ambos fenómenos.