Inicio / Historico

Un consultor de la FED critica la falta de análisis de Obama

Un consultor de la FED critica la falta de análisis de Obama

«La medida anunciada ayer por el presidente de EEUU, Barak Obama de limitar el tamaño y la actividad de los bancos, pendiente de su aprobación en el Congreso, es fruto más de las prisas políticas que del análisis profundo de la regulación financiera». Éstas son las palabras de Santiago Carbó Valverde, consultor de la Reserva Federal Estadounidense (FED) y profesor de la Universidad de Granada.

En una jornada sobre «Crisis y Regulación Financiera», organizada por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), se ha mostrado partidario de «no prohibir determinadas prácticas, como pretende Estados Unidos». Es decir, si las entidades financieras quieren asumir riesgos con la realización de determinadas actividades, que los asuman, » eso sí, se les debe exigir más capital».

Desde su punto de vista, «lo que no es posible es que se prohíba a la banca, por ejemplo, el tranching». Es una práctica que consiste en separar las titulizaciones en diferentes tramos, que difieren la prioridad del pago, y, en consecuencia, el riesgo. La eliminación de esta actitividad «supondría una merma en los ingresos de los bancos estadounidenses de entre un 15 y un 20 por 100», según sus cálculos.

El problema surgirá «si Obama lleva su propuesta al G-20, y algunos políticos deciden sumarse a la iniciativa, como a veces es habitual», según Carbó. Por último, ha afirmado que si bien hay que escuchar a los contribuyentes, que al final son los que pagan las consecuencias, «no hay que tomar las decisiones con prisas».

Por su parte, Richard Rosen, asesor de la Reserva Federal de Chicago, ha indicado que precisamente «la relajación en la regulación financiera en Estados Unidos fue uno de los motivos que contribuyó a la crisis». Por eso, las entidades bancarias estadounidenses vieron en los «títulos basura» la vía ideal para «tener acceso a un mayor número de inversores sin contabilizarlo en sus cuentas». Pero todos fueron culpables, en su opinión: las agencias de calificación crediticia, que respaldaron a la banca; los clientes, que pecaron de exceso de confianza y optaron por conseguir rentabilidades a corto plazo en vez de medir los riesgos; y los inversores, que movieron dinero que no era suyo, es decir, «jugaron con pólvora ajena».
Descargar