El periodista y escritor, José Luis Masegosa Requena (Oria), licenciado en Derecho, es un intelectual pegado a su gente. De las pruebas sobre veracidad y sobre todo gran curiosidad sale limpio. Es una persona sensible e inteligente. Muchos desconocen sus éxitos literarios o los cuidados de sus viñedos «un bodeguero muy exquisito».
Minucioso y atento siempre está dispuesto a ayudar a los demás. Por su vida, han pasado cosas que llegan directamente al corazón con pérdidas humanas de personas imprescindibles. Sí, la vida le ha golpeado, y mucho.
Hijo de maestros, es profesor de la Facultad de Comunicación y Documentación de la Universidad de Granada, licenciado en Ciencias de la Información, redactor de Canal Sur Televisión y colaborador literario de LA VOZ DE ALMERÍA, periódico que le reconoció recientemente con uno de los premios que más ilusión le acarrea por el hecho de entregarse en su comarca, la del Almanzora, zona a la que conoce palmo a palmo.
Su sabiduría es grande para saber cómo afrontar con tolerancia las miserias humanas. Sigue convencido de que este es el oficio más bello del mundo por mucho que la crisis golpee y haya pérdida de credibilidad. Traslada un periodismo sereno y literario. Algunos lo perciben como un ser introvertido que evita hablar a todo el mundo de sus problemas. Ha tejido una buena gavilla de amigos por todas partes. Fuimos de los primeros en comprar un teléfono móvil, en 1993, hasta llegar al término «transmedia» de hoy.
Su mirada irónica y vivaz busca la verdad sobre todo en las historias en las que hay aspectos humanos que sirven de ejemplo a los demás. En una ocasión, el coordinador de Canal Sur Televisión, Aurelio Capa, me dijo que como Masegosa no hay nadie para entrevistar y contar la memoria de ciudadanos anónimos.
Ha colaborado con distintos medios. Es quien mejor documenta las historias. Ahí están sus trabajos sobre Francisco Ayala, Morente o Carlos Canos. Coautor de distintas publicaciones como la Enciclopedia General de Andalucía que dirige su amigo Antonio Ramos, con el que cofundó el extinto Diario de Granada en 1982. Ha sido jefe de Prensa de la Diputación de Granada. Tiene en su poder el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Martos (1986) con
«Yo, niña bien; el primer premio de relatos Mahimón 1982 con «Monólogo para tarde de lluvia»; el premio Álvarez de Sotomayor de cuentos con Sinfonía estival para un niño del Almanzora y coautor «Crónica de un sueño» (2005). Con el Sindicato de Periodistas publica estos días un trabajo inédito sobre la inmigración. Los reporteros gráficos que están en paro son los únicos que cobran. Gran gesto solidario.
Oria es su verdadero sitio y el lugar que le hace más humanista con la conclusión de que el mal no conduce a ningún camino. Algún día escribiremos sobre sus personajes como el estilista, la pastelera o del agitador cultural Ginés Reche. No, no es el mejor momento para destacar la honradez o la justicia. Creo que este embajador de Almería aporta mucho más de lo que recibe.
Periodista auténtico sin egos revueltos, como diría Juan Cruz en Especies en extinción.