SOCIEDAD
RELIGIÓN
Los jóvenes católicos practicantes han caído un 60% en los últimos 40 años
Los autores del estudio creen que la Iglesia va camino de convertirse en una «secta sociológica»
Sólo un 21% de los españoles de entre 13 y 26 años acuden a misa al menos una vez al mes
PATRICIA REY
(agencias | madrid)
Si en 1960 el 95% de los jóvenes españoles declaraban ser «católicos con alguna práctica religiosa», ese porcentaje ha caído en nuestros días hasta el 33%. Casi sesenta puntos en cuarenta años. Este es uno de los principales datos que ofrece el informe Jóvenes 2000 y religión que presentó ayer la Fundación Santa María tras entrevistar a más de mil españoles de entre 13 y 26 años.
Semejante cambio de actitud hizo afirmar ayer al sociólogo Francisco Carmona, uno de los autores del estudio, que «la Iglesia católica en España va camino de convertirse en una secta en el sentido sociológico o numéricamente» y que pierde cada vez mayor influencia social. Según el informe, de los 13 a los 24 años, sólo un 21% acude a misa con cierta regularidad, siquiera una vez al mes; el 34% únicamente en fechas significativas, celebraciones o en momentos problemáticos; y el resto, nunca. Sólo el 5% están de acuerdo con la ortodoxia de la Iglesia, especialmente en los aspectos relacionados con la sexualidad.
El informe deja claro que, salvo momentos de exaltación especial y empuje propagandístico, como las visitas pastorales del Papa, la religión no forma parte de la vida diaria de los jóvenes. La falta de identificación de los jóvenes con los postulados de la Iglesia obedece, a juicio de los autores, al acelerado proceso de secularización de la sociedad española en las últimas décadas.
Una dinámica externa a la que se le añaden, además, «causas estructurales» internas, achacables al anquilosamiento de la Iglesia católica y a la falta de adecuación de su mensaje a los jóvenes, que auguran una difícil vuelta atrás. «La jerarquía católica dice que el problema está fuera, en el laicismo dominante, el individualismo… pero el problema está también dentro de la propia iglesia», subrayó Francisco Carmona, doctor en Sociología y profesor de la Universidad de Granada. Por un lado -argumenta-, la propia jerarquía católica está envejecida y son pocos los curas y religiosos jóvenes capaces de «cambiar el chip y dialogar con la juventud» en temas de su interés. También se ha roto uno de los eslabones de transmisión de la identidad católica, la familia, que ya no ejerce como agente religioso. «La gran falla que se ha abierto en los últimos 20 años en la transmisión de la fe es la familia», convino el sociólogo Javier Elzo, autor de otro de los capítulos.
Otro de los aspectos del estudio es el tradicional reproche a la riqueza de la Iglesia, crítica que se ha agudizado en la última década. El 79% opina que los obispos viven mejor que el español medio. El 43% opina lo mismo sobre el cura de ciudad.
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