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ALCOHOL EN LA CALLE INQUIETUD POR LA MACROFIESTA

ALCOHOL EN LA CALLE INQUIETUD POR LA MACROFIESTA
ALCOHOL EN LA CALLE NQUIETUD POR LA MACROFIESTA / Los jóvenes consideran justificado hacer botellones por el alto precio que tiene el alcohol en los bares
Un estudio pionero en España indica que la embriaguez altera el nivel de las hormonas sexuales y del crecimiento La Conselleria de Sanidad asegura que los 16,6 años es la edad media de inicio en el consumo de bebidas
ANTONIO LÓPEZ/ALICANTE

MEZCLA. Un joven echa cola en una bebida alcohólica. / LA VERDAD

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POR QUÉ BEBEN
Lo que dicen ellos: es un modo de ponerse alegre, de «alcanzar el punto»; de búsqueda de afiliación, con imitación de conductas y un consumo que en ocasiones lo impone el propio grupo de amigos; por la presión social, a veces como consecuencia de la publicidad; para conseguir desinhibirse y para superar la vergüenza; como un modelo de imitación y de expresividad de la edad adulta.

Lo que dicen los expertos: quieren evadirse de lo cotidiano bebiendo más alcohol y de más graduación; concentran los periodos de bebida en el fin de semana o fiestas, provocando alteraciones del orden público y accidentes de tráfico; la edad de inicio llega ya a los 12 años aunque es en torno a los 16 cuando se modifican las pautas de consumo; la cerveza (entre semana) y los combinados de alta graduación (en fines de semana) son las bebidas preferidas; beben en espacios abiertos pero evitan hacerlo en el contexto familiar.

Una fiesta permanente

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El botellón, incluso a lo grande, tamaño macro, está de moda. Mientras este tipo de convocatorias se prodiga, padres, profesores y expertos se esfuerzan por explicar los motivos e intentan atinar con las claves de ese frenesí juvenil por reunirse al aire libre para que corra el alcohol. Los protagonistas de estos cónclaves multitudinarios, que cada vez van a más, se excusan en la necesidad de divertirse a su modo y justifican la aportación individual de bebidas en el hecho de que «las copas en los bares están cada vez más caras».

Los jóvenes alicantinos reconocen que practican el botellón siempre que salen de fiesta y la mayoría de ellos admite que lo hace todos los fines de semana, pagando las bebidas a escote. La rentabilidad es alta, en comparación con los precios casi prohibitivos que les marcan bares y, sobre todo, discotecas. ¿Dónde? Canalejas, el Benacantil e incluso el Postiguet, en Alicante, son los lugares emblemáticos de reunión, aunque tampoco hacen ascos a citarse en los aparcamientos de ciertas discotecas e incluso recintos de grandes superficies comerciales.

Prevención

El problema generado por estas reuniones juveniles inquieta no sólo a los vecinos que viven en los alrededores del lugar, sino también a padres, docentes y especialistas. Alcohol, cannabis y cocaína son las drogas más consumidas en Alicante, según se puso de manifiesto en la jornada Prevención de riesgos en la infancia y adolescencia: aproximación a la cultura de las drogas y el botellón, celebrada bajo la organización de la Concapa. «Para frenar el macrobotellón previsto en Canalejas, la prevención familiar será clave», opina Antonio Ardid, presidente de dicha organización de padres de alumnos. Para el psiquiatra Pérez Gálvez, «es competencia municipal aplicar la ley que prohíbe el consumo de alcohol en la vía pública, pero también los padres deben de ser conscientes y preguntarse, por ejemplo, qué hace su hijo de 16 años a las dos de la madrugada en la calle».

La respuesta municipal ente el macrobotellón del día 31 es que la Policía Local de Alicante «conoce y está esperando» que se celebre en la plaza de Canalejas, sin añadir más al respecto. A falta de la aprobación definitiva que regule esta práctica generalizada, el Ayuntamiento alicantino parece ocuparse y preocuparse del tema: una prueba es que el año pasado levantó casi 1.500 actas a otras tantas personas por consumo de alcohol en la calle, y decomisó más de 2.700 litros de bebidas alcohólicas. Pese a ello, el grupo socialista responsabiliza al Ayuntamiento al considerar que «la incompetencia de la Concejalía de Juventud y del alcalde» ha hecho renacer dicha práctica y que «no están haciendo nada para que los jóvenes tengan una alternativa diferente».

Por su parte, la Conselleria de Sanidad no entra ni sale en la convocatoria del macrobotellón en Alicante y se limita a recordar que «el consumo de alcohol en la vía pública está prohibido y regularlo es competencia municipal». El conseller Vicente Rambla enumera las actuaciones de su departamento para evitar el consumo de alcohol (Plan de Prevención Escolar de Drogodependencias en los centros de ESO, programa de formación del profesorado, campañas como Si te pasas, te lo pierdes y Entre todos y para todos con un autobús que recorre los municipios para prevenir el consumo de sustancias adictivas) y asegura que la edad media de inicio está en los 16,6 años entre los jóvenes de la Comunidad Valenciana.

La consellera de Turismo, Milagrosa Martínez, manifestó anteayer en Torrevieja desconocer la posible convocatoria de un botellón en ninguna ciudad de la Comunidad Valenciana, señalando sobre esta forma de ocio que «la gente joven necesita esa parte de diversión, aunque hay que intentar compaginarla con el descanso del ciudadano en su casa y con el respeto hacia los demás y al medio ambiente, celebrándolas pero sin deteriorar parques, ni perjudicar entornos, en orden y armonía», informa Luisa Sánchez.

Sea como fuere, la convocatoria del macrobotellón en Alicante, el viernes 31 de este mes, sigue divulgándose por la Red y en mensajes de móvil. No sólo pretende ser una competición para superar en asistencia a ciudades donde ya hubo experiencias similares, sino una reivindicación juvenil de poder beber en la calle como rechazo al alto precio de las copas en los establecimientos de hostelería.

Estudio

Quejas vecinales y problemas de orden público al margen, el consumo de grandes cantidades de alcohol, habitual en los botellones, esconde riesgos para la salud. Los resultados del primer estudio realizado en España que aborda el problema alcohólico entre el segmento de población más joven (de 13 a 17 años de edad) ponen de manifiesto que el alcohol altera las hormonas sexuales y de crecimiento. «En estado de embriaguez, los chicos muestran una disminución importante de los niveles de testosterona, mientras que en las mujeres se produce un aumento significativo. Además, en ambos sexos disminuye de forma apreciable la hormona del crecimiento», señala el estudio realizado por investigadores del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada y dado a conocer el pasado diciembre.

Un informe de Juan Carlos Valderrama y María Purificación De Vicente (de la Unidad de Conductas Adictivas de Alicante) recuerda que el 84% de los escolares admite haber consumido alcohol alguna vez, el 44% al menos une vez por semana, el 41% se ha emborrachado en alguna ocasión y el 24% en el último mes. Además, el 80% de las muertes de adolescentes es por causas violentas «y dentro de ellas la mitad por alcohol o drogas».
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