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La firma de principios activos EG apuesta por producto propio

Elena Grau y Engràcia Gironès acaban de presentar al mercado las aplicaciones cosméticas del ácido maslínico, molécula derivada de la aceituna. EG Group distribuye principios activos cosméticos y desarrolla proyectos cosméticos y de perfumería; y se ha hecho con la distribución mundial para el sector de la cosmética de esta nueva molécula descubierta por científicos de la Universidad de Granada.

El ácido maslínico se extrae del orujo mediante un sistema de extracción patentado por la spin-off BioMaslinic. Esta empresa le dio una primera salida comercial para alimentación funcional y animal. Pero Grau y Gironès le vieron aplicación cosmética: «Tiene propiedades para proteger, regenerar y redensificar la piel». Ellas se encargaron del proceso para que la molécula fuera apta para cosmética, y cifran la inversión en unos 150.000 euros. Su idea comercial para el ácido maslínico es muy amplia, pero esto lo dejan en manos del interés y capacidad financiera de sus clientes: desde construir una marca especializada (tipo Caudalie, la firma francesa basada en las propiedades de la uva), hasta que las marcas la incluyan en sus cremas, jugando al glamur o por su activo. «En cosmética se explota poco el aceite de oliva».

Elena Grau, ingeniera, desarrolló su carrera en Puig, y en el 2005 creó su consultoría; Engràcia Gironès, farmacéutica, viene del sector de los principios activos. Se aliaron en EG en el 2007, para aunar el idioma del marketing y los fundamentos técnicos, y desarrollar líneas de producto propias: la principal, OliveActive, a la que incorporarán más activos, y VedaActive, activos de origen vegetal basados en la medicina ayurvédica. Además, comercializan los péptidos de síntesis y productos de encapsulación de Infinitec, empresa del Parc Científic de la que se han convertido en accionistas (junto a Pere Grau – ex Gas Natural-,padre de Elena y también socio de EG).

«Pasado lo peor, muchas marcas de perfumería y cosmética ahora vuelve a hacer desarrollos nuevos», explican. «Pasamos los dos primeros años de travesía del desierto, hasta que en el 2009 logramos facturar 154.000 euros, y 655.000 en el 2010»; este año esperan superar el millón de euros, y tres millones en tres años.

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