HISTORIA
Tras el ADN de Colón
Se han estudiado 477 muestras genéticas de
EFE/GRANADA
Siempre se ha considerado a Cristóbal Colón genovés. A lo largo de la Historia no ha habido muchas dudas acerca de su origen, y en todos los libros de esta asignatura siempre se ha dado por válida esa opción. Sin embargo, muchos investigadores han intentado desmentir esa teoría, ofrecer datos nuevos acerca de la procedencia de este importante navegante y así ubicar su nacimiento en otro lugar geográfico.
El equipo de expertos que trabaja en el esclarecimiento de la nacionalidad de Cristóbal Colón ha estudiado ya 477 muestras genéticas de posibles descendientes de Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, sur de Francia y norte de Italia, pero necesita nuevas técnicas para llegar a una conclusión.
El director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente, que lidera la investigación, señaló que los resultados obtenidos hasta el momento «no permiten diferenciar, en esta fase, los orígenes del almirante ».
Por ello se intenta explorar, en colaboración con otros grupos internacionales, en el desarrollo de nuevos tipos de marcadores genéticos que permitan avanzar en el análisis. Los científicos han concluido el estudio de regiones de ADN no codificante del cromosoma Y de 255 muestras de personas de apellido Colom, de las cuales 125 viven en Cataluña; 50, en las islas Baleares; 45, en la Comunidad Valenciana y 35, en el sur de Francia, según informó Lorente.
También se examinaron pruebas de 113 personas apellidadas Colombo, que habitan en Liguria (47), Lombardía (52) y Piamonte (14), en el norte de Italia, que fueron recogidas en un proceso coordinado desde la Universidad Tor Vergata de Roma. Además, se comprobaron 109 indicios correspondientes a «población de referencia » de Cataluña, compuesta por varones que han vivido en dicha Comunidad durante múltiples generaciones, pero que no llevan detrás de su nombre propio, Colom.
Los resultados actuales, por comparación con el ADN del cromosoma Y de Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón, cuya molécula del cromosoma Y es idéntica a la de su padre no permiten diferenciar por el momento los orígenes del navegante. Ello se debe, según Lorente, a que los marcadores usados (STRs y SNPs) «no tienen la suficiente capacidad de encuadrar al descubridor de América, dentro de un marco geográfico determinado ». Para avanzar en la investigación, los científicos trabajan ahora en el desarrollo de dos nuevos tipos de marcadores, que serían nuevos SNPs de cromosoma Y «que permitan mayor individualización », y mini-STRs para el uso en muestras degradadas y de bajo número de copias.
Lento proceso. Una de las dificultades a las que se enfrentan los expertos es que la cantidad de ADN extraída de los restos de Hernando y de Cristóbal Colón es «muy limitada », por lo que sólo se utiliza cuando hay «garantías científicas de éxito con técnicas validadas y aceptadas universalmente », explicó Lorente. No obstante, quiso transmitir un «moderado optimismo », ya que los resultados, hasta el momento, anticipan que «tras los desarrollos adecuados de nuevas técnicas, habida cuenta de la variabilidad genética ya observada en las poblaciones estudiadas, la molécula puede arrojar datos objetivos que ayuden a esclarecer la procedencia del explorador », si bien se trata de un proceso «lento ».
En cuanto a los restos mortales del almirante, el genetista reconoció que, aunque los huesos que hay en la Catedral de Sevilla son verdaderos, al no tratarse del esqueleto completo, «hay que considerar muy seriamente la posibilidad de que haya parte de ellos en otro lugar, muy probablemente en Santo Domingo (República Dominicana), de acuerdo a los traslados que sufrió el cadáver ». Matizó que no se trata de una conclusión científica, a la que sólo sería posible llegar mediante un estudio de los vestigios que se hallan en la isla caribeña, lo que consideró «muy interesante ».
La dudosa autenticidad de los restos. Los numerosos viajes a los que fueron sometidos los restos de Cristóbal Colón tras su muerte han dificultado en los últimos años la averiguaciones sobre su autenticidad, ya que, según los historiadores, entre 1506 y 1898 habrían pasado por Valladolid, Sevilla, Santo Domingo y Cuba. Aunse ha demostrado que los huesos que hay en la Catedral de Sevilla son los del almirante, las complicaciones principales pasan ahora por determinar dónde se encuentra el resto del esqueleto. «Cristóbal Colón viajó casi tanto después de muerto como en vida », bromeó el director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, José Antonio Lorente. De esta forma, el navegante se convertiría en uno de los pocos personajes históricos que poseen dos tumbas oficiales, una en la catedral de Sevilla y otra en Santo Domingo, donde se dice que descansan actualmente en el monumento Faro a Colón.
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