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Una minúscula pieza del complejo puzzle humano

SOCIEDAD
Una minúscula pieza del complejo puzzle humano
Sólo se necesitan 3.000 unidades de ADN para identificar a una persona, es decir, el 0,00005% del total
Sólo se necesitan 3.000 unidades de ADN para identificar a una persona, es decir, el 0,00005% del total de unidades genómicas del ser humano, que asciende a 6.000 millones, señaló José Antonio Lorente, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada.
EFE./MADRID

El profesor José Antonio Lorente estudia actualmente los restos de Cristóbal Colón. / L.R.

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Este reconocido profesor de Medicina Legal y Forense, involucrado en estudios tan conocidos como el del análisis de los restos de Cristóbal Colón, destacó el mínimo porcentaje de unidades de ADN que se necesita para identificar a una persona.

Por contra, prosiguió, es muy complicado lograr información de una enfermedad o de la causa de muerte de personajes muy lejanos, pues para ello se estudian genes, es decir, trozos de ADN muy grandes y muy difíciles de conseguir, especialmente si se trata de muestras muy antiguas, que suelen estar dañadas.

En ocasiones se ha estudiado el ADN de microorganismos que pudieron causar epidemias en el pasado, pero son trabajos muy costosos y sólo se realizan si hay excesivo interés científico, añadió Lorente, quien aparte de su formación en España, amplió estudios en universidades de Heidelberg, Münster, Berkeley y Virginia. Salvo error técnico, «que no suele producirse», precisó Lorente, es casi imposible confundir la identificación de una persona a partir de una muestra consistente de ADN.

En relación con los fósiles muy antiguos, añadió, en los mismos sobreviven células «más o menos intactas pero deshidratadas, como momificadas», y el ADN permanece «sin graves alteraciones», lo que permite el estudio de ciertos fragmentos, aunque a veces es muy complicado.

Es algo parecido a leer un periódico viejo tirado en la calle desde hace tiempo, con algunas letras rozadas y ciertas partes rotas, en las que sólo son legibles ciertos fragmentos, explicó. Para la identificación humana, continuó, «no necesitamos leer ni tener datos de mucha cantidad de ADN, sino porcentajes muy pequeños, y eso permite hacer la identificación». En cambio, «la lectura de una enfermedad de un personaje antiguo es muy difícil porque se requiere mucho ADN», indicó. «Sería como leer un gran texto, con partes dañadas por el paso del tiempo», añadió.
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