La Yihad recluta islamistas radicales en Ceuta
La Universidad de Granada concluye que la barriada del Príncipe Alfonso es «un gueto» cuyo entorno facilita «sensiblemente» el proselitismo de los seguidores fanáticos
Gonzalo Testa
CEUTA- «El Príncipe es un claro ejemplo de la teoría criminológica de “los cristales rotos”. El deterioro físico de las casas, del mobiliario urbano y la abundancia de pintadas transmiten el mensaje implícito de que “todo está permitido”». Así arrancan las conclusiones de la investigación sobre los «Entornos favorables al reclutamiento yihadista: El barrio del Príncipe Alfonso (Ceuta)», elaborado por los profesores de la Universidad de Granada Javier Jordán y Humberto Trujillo, adscritos respectivamente a los departamentos de Ciencia Política y al de Psicología Social y Metodología de las Ciencias del Comportamiento.
En sus conclusiones, no dudan en calificar esta barriada, habitada por unas 12.000 personas, todas de confesión musulmana, como «uno de los entornos más favorables de España para el reclutamiento yihadista». «El Príncipe es, sin duda, un gueto», aseguran los autores, que ayer indicaron a este periódico que «cada dato» de los recogidos está «debidamente comprobado y ratificado». Entre otras cosas, Jordán y Trujillo aseguran haber detectado «un mayor control informal sobre los comportamientos contrarios a la moral islámica, especialmente de inspiración salafista», la presencia de «al menos un predicador radical de Arabia Saudí», ciertos «psicólogos» que saben ganarse «la confianza de adolescentes» sobre los que «hay motivos para pensar que podría tratarse de reclutadores yihadistas», «tensiones y conflictos relacionados con la marginación del barrio interpretados en clave “Islam versus Cristianismo”» y la salida de «al menos un joven» con destino a Irak.
A juicio de los profesores, la barriada, en la que viven casi la mitad de los cerca de 30.000 musulmanes que reúne esta comunidad en Ceuta -casi del 45% de la población total de la ciudad-, el Príncipe no sólo es un fenómeno «palpable» de chabolismo, falta de urbanización, desempleo, analfabetismo y delincuencia, sino que se pueden detectar «serios indicios de radicalismo salafista e incluso de yihadismo». Ayer, el delegado del Gobierno en Ceuta, Jenaro García Arreciado, aseguró «desconocer» el informe y reiteró que «las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad mantienen una atención continua» sobre la amenaza del terrorismo, pero se negó a asumir que en alguna parte de la ciudad haya más peligro que «en el barrio sevillano de Los Rosales». Pero los dos expertos han encontrado pistas de sobra para concluir, como declaró hace más de cuatro años el entonces director general de la Policía Nacional, Juan Cotino, que «en el Príncipe hay caldo de cultivo para el fanatismo islamista».
«La quema de dos morabitos (ermitas que albergan la tumba de una persona considerada santa por los musulmanes a los que es costumbre venerar en Marruecos y cuya existencia repudian los salafistas) en enero y abril de 2006; la existencia de un mayor control informal sobre los comportamientos contrarios a la moral islámica; la presencia de un predicador radical procedente de Arabia Saudí y las emboscadas que han sufrido coches de la policía dentro del barrio hace quince días, organizadas por individuos de inspiración salafista» son, para los autores del texto, elementos que colocan a este barrio de Ceuta un punto por encima de Madrid, Cataluña, Andalucía Occidental y Levante en lo que a militancia yihadista se refiere.
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