Muchas personas pueden experimentar, justo a su regreso al trabajo después de vacaciones, sentimientos de angustia, depresión, desmotivación, apatía y estrés.
Todo lo anterior engloba al concepto del “síndrome vacacional”, un mal que podría afectar a toda aquella persona que se va a descansar y luego debe de integrarse a las labores cotidianas en su puesto de trabajo.
“Puya, viera que ya el sábado en la noche me va entrando una gran ‘pálida’ solo de pensar que hay que regresar a chambear”, comenta Gustavo Campos Torres, vendedor en una zapatería de un centro comercial de Antiguo Cuscatlán.
Este joven confiesa que a él le cuesta integrarse de nuevo a la faena. Dice que es como que su mente se negara a aceptar la realidad.
¡Oh, por qué yo!
El síndrome postvacacional es un concepto bastante amplio que describe la incapacidad de adaptación al trabajo luego de la finalización de algún período de vacaciones.
Esta inadaptación —según Ricardo Sotillo, doctor de la Universidad de Granada, licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla y máster en Comunicación, entre otros títulos— conlleva una serie de síntomas en forma de desequilibrios físicosíquicos (reacciones) que suelen remitir al cabo de dos semanas en algunos extremos, aunque lo habitual es que remitan a los pocos días, según expresan estudios de los expertos.
“Estamos ante un conjunto de síntomas que reflejan un estado de ánimo como reacción de rechazo al trabajo tras un período más o menos prolongado de vacaciones. Estos síntomas pueden situarse próximos a la depresión, irritabilidad, astenia, tristeza, apatía, ansiedad, insomnio, dolores musculares, tensión, náuseas, extrasístoles (palpitaciones), taquicardias, sensación de ahogo y problemas de estómago, entre otros”, detalla Sotillo.
El investigador indica que cualquiera de estos síntomas o alteraciones físicas o psicológicas nos deben hacer buscar y averiguar su verdadero origen siempre, tras descartar cualquier otra causa.
Por qué ocurre
¿Pero cuáles son los mecanismos de producción de este síndrome? ¿Por qué ocurre?
Influyen varios factores, tal como afirma el licenciado en Administración de Empresas Carlos Manuel Esquivel.
“Por ejemplo, podemos mencionar el hecho que existe un desajuste de horario, se da también un cambio en el ritmo diario, los ciclos de sueño y de alimentación. Imagínese, luego de estos cambios la gente debe adaptarse al día siguiente a sus labores cotidianas… es allí donde se dan los desbalances”, ilustra el profesional.
Sin embargo, el síndrome postvacacional no afecta de igual manera a todo el mundo, ya que aquí tiene mucho que ver el entorno de las personas.
De hecho, una buena parte de la población regresa con las baterías cargadas, de buen ánimo y llena de energía.
“Nosotros somos quienes debemos hacerlo positivo. Eso sería como decir que, entre escoger el vaso medio lleno o medio vacío, escogemos verlo medio lleno”, apunta Sotillo.
¿Y usted, cómo ha regresado a sus ocupaciones?